Mostrando entradas con la etiqueta París. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta París. Mostrar todas las entradas

LO CANT DE RAMON. CANTO DE RAIMUNDO.

CANTO DE RAIMUNDO.

Los mismos desengaños que habían inspirado a Lulio en Roma el poema que tituló Desconsuelo, le dictaron las excelentes estrofas del Canto que nos ocupa, hacia el año 1299, mientras residía en la capital de la Francia. Es la más sentida de las composiciones cortas del poeta, y ella nos ofrece el retrato cabal de aquel privilegiadísimo ser. Después de recordar sus juveniles desvíos, la visión que tuvo de Jesús crucificado, su perseverancia en la virtud por divina merced, la fundación del colegio de Miramar que a sus instancias se había realizado, el amor de Dios que inflamaba su corazón, los esfuerzos que había hecho en demostración de la Trinidad Santísima, y de los misterios de nuestra santa religión, y el juicio final en que juzgará Dios a los buenos y a los malos, dice que ha inventado una nueva ciencia por medio de la cual puede el hombre encontrar la verdad y destruir el error, y que como inspirada por Dios ella convertirá a la fé de Cristo a los sarracenos, a los tártaros, a los judíos y a todos los que viven en las tinieblas de la falsedad; que tomada la cruz, y lleno de afecto a la Virgen, que es el amparo de los pecadores, le ha pedido ayuda y socorro, y su corazón se ha convertido en casa de amores, y sus ojos en fuentes de lágrimas; y que esto le hace estar entre el dolor y el gozo. Se duele de su vejez, menta su pobreza y el menosprecio en que se le tiene; de que no haya hombre nacido que le ayude; y de que no obstante de haber procurado la realización de grandes hechos, de haber investigado grandes cosas en el mundo, y de haber dado altos ejemplos de abnegación, apenas se le conozca y se le ame. Añade después que quiere morir surcando el piélago del amor, y que no hay hora en que no deplore el agravio que hacen a Dios aquellos señores que contribuyen a que el mundo permanezca en la oscuridad de la ignorancia. Después ruega a Dios que permita que con celo, convicción y sabiduría vayan misioneros a predicar la fé cristiana y que le liberte de la eterna condenación; y ofreciendo elevado ejemplo de humildad, se da por indigno de alabar y ensalzar a Dios, tanto tiene en su imaginación sus pasadas culpas.

La fluidez de los versos de esta hermosa composición y la corrección y pureza de su lenguaje por lo que mira a la forma, y el sentimiento que en ella domina por lo que respecta a su fondo, hacen del Canto de Raimundo la composición de más agradable lectura entre todas las de su autor.


LO CANT DE RAMON.


Son creat e esser m' es dat (soy creado y ser me es dado; jo som a Mallorca)

A servir Deu que fós honrat,

E son cahút en mant peccat;

En ira de Deu fuí pausat,

Jesus me vench crucificat,

Volch que Deu fós per mi amat.


Matí ané querre perdó

A Deu, e prís confessió

Ab dolor e contricció;

De caritat, oració,

Esperança, devoció,

Deus me feu conservació.


Lo monastir de Miramar

Fiu a frares menors donar,

Per sarrahins a preycar;

Enfre la vinya 'l fenollar,

Amor me pres fe 'm Deus amar,

Enfre suspirs e plòrs estar.


Deus Pare, Fill, Deus espirat,

De qui es Sancta Trinitat,

Tracte com fóssen demostrat,

Deus Fill del cèl es devellat,

De una Verge es estat nat,

Deu e hòme, Christ appellat.


Lo mon era en dampnació,

Morí per dar salvació

Jesus, per qui 'l mon creat fó;

Jesus pujá al cèl sobre el trò,

Venrá a jutjar lo mal e ‘l bò;

No valrán plors querre perdó.


Novell saber hay atrobat,

Pot n' hòm coneixer veritat,

E destruir la falsetat;

Sarrahins serán batetjat,

Tartres, jueus e mant errat,

Per lo saber que Deus m' ha dat.


Pres hay la crotz, tramet amors

A la Dòna de peccadors

Que d' élla m' apòrt gran soccors;

Mon còr está casa d' amors,

E mos uyls fontanyes de plors;

Entre gaug estaig e dolors.

Son hòm veyll, paubre, meynspreat;
No hay ajuda d' hòme nat,
E hay tròp gran fayt emperat;
Gran res hay del mon cercat,
Mant bòn eximpli hay donat;
Pauch son conegut e amat.

Vull morir en pelech d' amor;
Per esser gran no ‘n hay pahor
De mal príncep ne mal pastor;
Tots jorns consir la deshonor
Que fan a Deu li gran senyor,
Qui meten lo mon en error.

Prech Deus trameta misagés,

Devots, scients e vertadés,

A conexer que Deu home es,

La Verge hon Deus hòm se fés

E tots los sancts d' ella sotsmes,

Prech que en infern no sia mes.


Laus, honor al major Senyor,

Al qual tramet la mia amor,

Que d' él reeba resplandor;

No son digne de fer honor

A Deu, tan fòrt son peccador;

E son de libres trovador.


Hon que vage cuyt gran bé far,

E a la fí res no 'y puch fár,

Perque n' hay ira e pesar;

Ab contricció e plorar

Vull tant a Deu mercé clamar,

Que mos libres vulla exalçar.

Sanctetat, vida, sanitat,
Gaug me dó Deus e libertat,
E guardme de mal e peccat;
A Deu me son tot comenat;
Mal sperit ne hòm irát
No hagen en mí potestad.


Man Deus als cels e' ls elements

Plantas e totas res vivents,

Que no fassen mal ni turments;

Do ‘m Deus companyós conexents,

Devots, leyals, humils, tements,

A procurar sos honraments.

JORNADA OCTAVA. NOVELA SÉPTIMA.

JORNADA OCTAVA. NOVELA SÉPTIMA.

Un escolá vol a una Siñora viuda, que, enamorada de un atre, una nit de ivern lo fa assentás damún de la neu esperánla, y ell, después, tot un día de mijáns de juliol la fa está despullada a una torre exposta a les mosques, als tabáns y al sol que bade les roques.

Mol sen habíen enrit les siñores del desgrassiat de Calandrino, y mes sen hagueren enrit encara, pero se van enfadá al vore que tamé li preníen los capóns los mateixos que li habíen furtat lo gorrino. La reina li va maná a Pampinea que contare la seua; y ella va escomensá aixina:
Caríssimes siñores, moltes vegades passe que les artimañes són vengades en atres artimañes. Natros mon ham enrit mol (en moltes historietes contades de les burles que han sigut fetes, de les que cap vengansa que se haigue pres se ha contat; pero yo enteng contátos lo que li va passá a una consiudadana nostra, que la seua burla, al sé burlada, casi va pagá en la mort; y escoltáu no tos dixará de sé útil perque aixina milló ton guardaréu de enfótreton dels atres y mostraréu bon juissi.
No han passat encara mols añs desde que va ñabé a Florencia una jove hermosa de cos y altanera de ánim y de linaje mol noble y en los bens de la fortuna convenienmen abundán, que se díe Elena. Esta, habénse quedat viuda may mes va volé casás, habénse enamorat de ella, a elecsió seua, un jove cortés y ben plantat. Olvidán datres preocupassións, en la ajuda de una criada seua de la que sen fiabe mol, moltes vegades en ell se donáen bona vida.
Va passá an este tems que un jove de nom Rinieri, home noble de la nostra siudat, habén estudiat mol tems a París no per a vendre después la seua siénsia a granel com fan mols, sino per a sabé la raó de les coses y los seus motius (lo que mol be li sente a un noble) va torná de París a Florencia. Allí, mol honrat tan per la seua noblesa com per la seua siénsia, vivíe com un siñó. Pero com passe moltes vegades que lo que mes entenimén de les coses profundes té, mes fássilmen se dixe enchampá per l´amor, aixó li va passá an este Rinieri. Habén anat ell un día a una festa, dabán dels seus ulls se li va ficá esta Elena, vestida de negre com van les nostres viudes, plena de tanta hermosura al seu juissi, y de tanta amabilidat com cap atra li habíe paregut vore; y va pensá que podríe dís felís lo qui puguere tíndrela despullada als seus brassos. Y una vegada y un atra miránla dissimuladamen, y sabén que les coses grans y pressioses no se poden conseguí sense traball, va dessidí ficá tot lo seu esfors y tota la seua solissitut en agradála, per a conseguí lo seu amor, y después pendre possesió de ella. La jove Siñora, que no teníe los ulls ficats al infern sino que, mol segura de ella y hasta mes de lo que ere, movén los ulls en arte mirabe al voltán y enseguida vee al que la mirabe, y acatánsen de les mirades de Rinieri, enriénsen per a sí mateixa, va di: - No hauré vingut avui aquí en vano, si no me equivoco, hay pessigat un pavo pel nas. Y escomensán a mirál alguna vegada en la coeta del ull, se les ingeniabe en demostráli que se ocupabe de ell, o pensán per atra part que cuan mes atraguere y prenguere en los seus encáns, la seua hermosura ere de mes alt preu. Lo sabut, dixán apart los pensaméns filosófics, va portá tot lo seu ánim cap an ella; y creén que li agradabe, preguntán quina ere la seua casa, va escomensá a passá per dabán de ella, excusán en diferentes raóns aquelles anades y vingudes. La Siñora, vanagloriánse de alló, fée vore que lo mirabe de bona gana, per lo que ell, trobán la manera, se va arrimá a la seua criada y li va descubrí lo seu amor, demanánli que en la seua Siñora obrare de tal manera que ell puguere obtíndre la seua grássia. La criada va prometre mol y lay va di a la seua Siñora, y ella, énriénsen mol va di:
- ¿Has vist aón ha vingut este a pédre lo servell que ha entrenat a París? Pos venga, donémli lo que va buscán. Li dirás, cuan te parlo un atra vegada, que yo lo vull mes an ell de lo que ell me vol a mí; pero que ting que guardá la meua honra per a portá lo cap ben alt; per naixó, si es tan sabut com diu, té que vóldrem mes.

¡Ay desgrassiada, desgrassiada! No sabíe ella, siñores meues, lo que es ficás a provocá als escolás. La criada, al trobál, va fé lo que la seua Siñora li habíe manat. Lo estudiós, contén, va passá a rogatives mes caluroses y a escriure cartes y a enviá regalos, y tot ere asseptat, pero en recompensa no veníen mes que vagues respostes; y de esta guisa lo va tindre mol tems donánli llargues. Al cap de un tems, habénli ella contat tot al seu amán y habénse ell enfadat en ella alguna vegada y sentit sels, per a féli vore que equivocadamen sospechabe de ella, solissitánla mol lo escolá, li va enviá a la seua criada, que li va di que ella no habíe tingut ocasió may de fé res que an ell li agradare, después de que lo habíe assegurat del seu amor, pero que, per a les festes de Nadal que se arrimaben, esperabe pugué está en ell; la nit siguién a la festa, si ell volíe, podíe acudí al seu pati, aon ella aniríe a buscál tan pronte com puguere.

Lo escolá, mes contén que un chiquet en sabates noves, a la hora ordenada sen va aná a casa de la Siñora, y portat per la criada a un pati, tancánlo a dins, allí va escomensá a esperá a la Siñora. La Siñora, habén aquella nit fet víndre al seu amán y habén sopat en ell, li va contá lo que volíe fé aquella nit, afegín: - Y podrás vore cuán y quin es l´amor que li ting y hay tingut an aquell del que has tingut sels.

Estes paraules les va escoltá lo amán en gran contén de ánim, dessichós de vore en obres lo que la Siñora en paraules li donabe a entendre. Lo día abáns habíe nevat mol, y tot estabe tapat de neu; lo escolá fee poc que estabe al pati cuan va escomensá a tremolá de fret, pero esperán calentás después, u soportabe en passiénsia.
La Siñora li va di al seu amán al cap de un rato:

- Anem a la alcoba y desde una finestra mirem lo que fa eixe de qui has tingut sels, y lo que li contestará a la criada, que la hay enviat a parlá en ell. Sen van aná, pos, cap a la habitassió y se van assomá a una finestreta, y veén sense sé vists, van escoltá a la criada parlá en lo escolá y di:

- Rinieri, la meua Siñora es la dona mes trista que may ha ñagut, perque esta nit ha vingut un dels seus germáns y ha estat mol rato parlán en ella, y después va voldre sopá en ella y encara no sen ha anat, pero crec que sen anirá pronte; y per naixó no ha pogut víndre ella encara, pero ya vindrá llugo; te demane que no te fastidio massa lo esperá.

Lo escolá, creén que ere verdat, va contestá:

- Dísli a la meua Siñora que no se preocupo de mí hasta que pugue víndre a buscám, pero que u faigue tan pronte com pugue.

La criada, tornán cap a dins, sen va aná a dormí.

La Siñora, entonses, li va di al seu amán:

- Be, ¿qué dius?, ¿creus que yo, si lo vullguera com tú te penses, lo dixaría allí baix carpidet?

Y dit aixó, en lo seu querido, que ya estabe mes contén, sen van aná cap al llit, y mol rato van está chalán, enriénsen del pobre escolá y enfoténsen dell. Lo escolá, donán voltes per lo pati, se movíe per a calentás y no teníe aón assentás ni aón amagás de la serena, y maleíe lo llarg entretenimén del germá de la Siñora, y tot lo que sentíe pensabe que ere una porta que la Siñora obríe, pero esperabe en vano.
Ésta, prop de la mija nit, están en lo seu amán, li va di:

- ¿Qué penses, alma meua, del nostre escolá? ¿Qué te pareix mes gran, la seua sabiduría o l´amor que yo li ting?, ¿fará lo fret que li estic fen passá eixísseli del pit lo que en les meues paraules li va entrá?

Lo querido va contestá:

- Cor meu, aixina com tú eres lo meu be y lo meu descáns y tota la meua esperansa, aixina soc yo les teues.

- Pos - díe la Siñora - bésam mil vegades per a vore si dius la verdat. Lo amán, abrassánla y apretán fort, no mil sino sen mil vegades la besabe. Después de un bon rato, va di la Siñora: - ¡Ah!, eixequémos y anem a vore si se ha apagat lo foc en lo que este amán meu cada día me escribíe que estabe ruén.

Y eixecánse, a la finestreta se van assomá, y mirán cap al pati van vore al escolá ballán una tarantela al so del castañolejá de dens, que per la gran gelada ere tan saltejada y rápida que may habíen vist cosa igual. Entonses va di la Siñora:

- ¿Qué dius, la meua dolsa esperansa?, ¿te pareix que sé fé ballá als hómens sense música de trompetes y cornamusses?

A lo que lo amán va contestá:

- Siñora meua, sí que ne saps.

Va di la Siñora:

- Vull que baixem hasta la porta, tú te estás callat y yo li parlaré y sentirem lo que diu, y pot sé que encara mos divertigam mes que de sol vórel.

Y obrín la alcoba en cuidadet van baixá a la porta. Allí, sense obríla, la Siñora en veu baixa, per la gatera, lo va cridá. Lo escolá, al sentís cridá, va alabá a Deu, creénse massa pronte que anabe a entrá a dins, y arrimánse a la gatera, va di:

- Aquí estic, Siñora; obríu per Deu, que me mórigo de fret. La Siñora va di:

- ¡Ah, sí, que ya sé que eres un geleres! y tamé que lo fret es mol gran perque ha caigut una mica de neu. Be sé yo que a París ne ñan de mol mes grans. No puc obrít encara perque este germá meu, que ahí per la nit va víndre a sopá en mí, no sen va encara; pero sen anirá pronte, y vindré en seguida a obrít. Acabo de separám dell en molta faena per a víndre a consolát y que la espera no te enfado.

Va di lo escolá: - ¡Ah, Siñora!, tos demano, per Deu, que me obrigáu, per a que puga está a dins abrigat, perque fa un ratet ha escomensat a caure la nevada mes espessa del món, y encara neve; y yo tos esperaré ahí tot lo que vullgáu.

Va di la Siñora: - ¡Ay, dols be meu, que no puc, que esta porta fa tan soroll cuan se obri que fássilmen la sentiríe mon germá si la obriguera!, pero vull aná a díli que sen vaigue per a que yo puga torná a obrít.
Va di lo escolá: - Pos anéuhi pronte, y tos rogo que faigáu ensendre una bona fogata per a que, en cuan entra, puga calentám, que hay agarrat tal geló que apenes me séntigo.
Va di la Siñora: - Assó no pot sé, si es verdat lo que me has escrit moltes vegades de que estás ensés per lo meu amor; pero estic segura de que ten enfots de mí. Ara ving; espéram y aguanta. Lo amán, que u sentíe tot, chaláe mol, y tornán al llit en ella, poc van dormí aquella nit, que casi tota la van passá en plaés y en burles al escolá.
Lo desgrassiat escolá, convertit en sigüeñaper lo fort castañolejá de dens que teníe, donánsen cuenta de que sen enfotíen de ell, moltes vegades va tratá de obrí la porta y va mirá a vore si per algún atre puesto podíe eixí; y no veén cóm, com un león engabiat maleíe lo mal tems, la maldat de la dona, la durassió de la nit y la seua propia simplesa; y mol cabrejat contra nella, l´amor que li teníe de repén se va cambiá en cruo y amarg odio, y pensáe moltes coses en les que vengás. Pero la nit, después de molta y llarga espera, va dixá pas al día y va escomensá a apareixe l´alba; la criada, avisada per la Siñora, baixán, va obrí lo pati, y mostrán sentí compassió dell li va di:
- ¡Malaventura tíndre lo que va víndre anit! Tota la nit te ha tingut velán y ha fet que te congelos: ¿pero saps?, préntu en calma, que lo que esta nit no ha pogut sé un atra vegada sirá. Lo escolá, com a sabio que sap que de res servixen les amenasses mes que per a armá al amenassat, va tancá al seu pit lo que la seua destemplada rabia tratabe de gitá fora o foragitá, y en veu tranquila, sense mostrás gens enfadat, va di:

- En verdat que hay passat la pijó nit que hay tingut may, pero be hay vist que de aixó la Siñora no ne té cap culpa, perque ella mateixa va baixá hasta la porta a excusás y a consolám; y com dius, lo que esta nit no ha sigut un atra nit sirá; encoméndam an ella y quédat en Deu.

Y del tot carpit, com va pugué sen va entorná a casa. Allí, cansat y mort de son, se va aviá al llit y se va despertá casi paralisat de brassos y cames; per lo que, envián a buscá un meche, li va contá lo fret que habíe passat, y ell va fé lo possible per a recuperáli la salut. Los meches, en grandíssimes y rápides cures lo van ajudá, poc tems después van pugué curáli los ñirvis y fé que se relajare; y si no haguere sigut jove y arribabe bon tems, mol haguere tingut que soportá; pero tornán a está sano y fresc, guardánse a dins lo seu odio, se mostrabe mol mes que may enamorat de la viuda.
Va passá después de sert tems, que la fortuna li va proporsioná la ocasió de satisfé lo seu dessich al escolá. Perque habénse enamorat de un atra dona lo amán de la viuda (sense tíndre cap considerassió al amor que ésta li teníe), ella en llágrimes y amargó se consumíe; pero la seua criada, que gran llástima teníe della, no trobán lo modo de apartála del doló per lo amán perdut, veén al escolá que de la manera acostumada passabe per lo barri, va tindre un pensamén, y va sé que se podríe obligá al amán de la seua Siñora a vóldrela com abáns fée en alguna operassió nigromántica y que en alló lo escolá habíe de sé un gran maestre; y lay va di a la Siñora. Ella, sense pensá en que, si lo escolá haguere sabut de nigrománsia la haguere fet aná en lo seu propi profit, va escoltá les paraules de la criada y en seguida li va di que li preguntare si volíe féu y en seguridat li prometiguere que, en recompensa, ella faríe tot lo que ell vullguere.
La criada va fé la embajada be y diligenmen, y sentínla lo escolá, tot contén va di:
- Alabat sigues, Deu meu; ha arribat lo momén en que en la teua ajuda podré castigá an eixa dona roína per la mala passada que me va fé en pago del gran amor que li tenía. Y li va di a la criada:

- Dirás a la meu Siñora que no patixgue per naixó, que si lo seu querido estiguere a la India lo faría yo víndre rápidamen a demanáli grássia de lo que contra lo seu gust haguere fet. Lo que té que fé lay diré an ella cuán y aón mes li vaigue be, y díslay aixina y confórtala de la meua part. La criada va doná la resposta y se quedá en vores los dos a Santa Lucía del Prado. Acudín allí la Siñora y lo escolá, y parlán ells dos sols, sense enrecordássen ella de que casi lo habíe portat an ell a la mort, li va contá ubertamen totes les seus coses y lo que dessichabe, y lay va rogá per la seua salvassió; y lo escolá li va di: - Siñora, es verdat que entre les demés coses que yo vach adependre a París conte la nigrománsia, y sé be de lo que es capás; pero com ofén mol a Deu, había jurat no ficála may en práctica ni per a mí ni per a datres. Pero es verdat que l´amor que tos ting es tan fort que no sé negám a res que vullgáu manám; y per naixó, encara que haiga de aná a la casa del diable, estic disposat a féu ya que u voléu. Pero tos hay de advertí de que es una cosa mes molesta de fé de lo que pensáu, y mes cuan una dona vol recuperá l´amor de un home o un home lo de una dona, perque aixó no pot féu mes que la mateixa persona a qui li interesse, y per a féu fa falta que qui u faigue sigue de ánim valén perque ña que féu de nit y a puestos solitaris y sense cap compañía, y estes coses no sé si estéu disposada a féles. A lo que la Siñora, mes enamorada que prudén, va contestá:

- Amor me espoleje de tal manera que no ña res que no faiguera per a recuperá an aquell que me ha abandonat; pero, si vols, dísme en qué ting que sé valenta. Lo escolá, que en mal pel teníe la coa marcada, va di: - Siñora, yo tindré que fé una imache de estañ en lo nom de aquell al que dessicháu recuperá, y cuan to la envía, cuan estigue la lluna menguán, tos hau de bañá en ella set vegades a un riu de aigüas clares y corréns, completamen despullada y sola a la hora del primé son, y después, están aixina despullada, teníu que pujá a un abre o a la punta de una casa deshabitada: y mirán cap a lo nort en la imache a la ma, set vegades diréu unes paraules que tos donaré escrites, y cuan les haigáu dit, vindrán cap a vos dos mossetes de les mes hermoses que may haigáu vist, y tos saludarán y tos preguntarán qué voléu que faiguen. An estes los hau de di be y plenamen los vostres dessichos; y guardáutos de di una cosa per un atra; y cuan u haigáu dit, elles sen anirán y vos podréu baixá al puesto aon haigáu dixat les vostres robes, vestítos y torná a casa. Y hau de tindre per sert que abáns de mija nit del día siguién lo vostre amán, plorán, vindrá a demanátos grássia y perdó; y sabéu que desde aquell momén no tos dixará may per cap atra. La Siñora, sentín estes coses y creénseles en completa fe, pareixénli que ya casi teníe en brassos al seu amán, ya mich contenta, va di: - No tos preocupéu, que estes coses aixina les faré; y per an aixó ting una terra cap a lo Valdarno de dal, que está bastán prop del riu, y com ya estam al juliol, sirá mol agradable bañás de nit. Y tamé men enrecordo que no mol lluñ del riu ña una torreta deshabitada a la que, per unes escales de fusta de castañé que ñan allí, pujen alguna vegada los pastós a un terrat, per a vore si descubrixen desde allí dal los seus animals perduts, un puestet mol solitari y a desmá al que yo pujaré, y allí espero fé lo que manéu. Lo escolá, que mol be coneixíe lo puesto de la Siñora y la torreta, contén de assegurás de la seua intensió, va di:

- Siñora, yo no hay estat may an eixes comarques, y per naixó no conec la terra ni la torreta; pero si es tal com diéu no pot ñabé res milló al món; y per naixó, cuan sigue oportú tos enviaré la imache y la orassió; pero mol tos rogo que, cuan haigáu satisfet lo vostre dessich y veigáu que tos hay servit be, que ton enrecordéu de cumplí la promesa que me hau fet. A lo que la Siñora li va contestá que u faríe sense falta; y despedínse de ell sen va entorná cap a casa. Lo escolá, alegre de que lo seu plan puguere portás a efecte, va fé una imache y va escriure un invento seu en ves de una orassió; y cuan li va pareixe la va enviá a la Siñora, y va maná díli que a la nit siguién sense mes tardá habíe de fé lo que li habíe dit; y después, en secreto, en un criat seu sen va aná a casa de un amic que vivíe mol prop de la torre, per a pugué fé lo seu proyecte.
La Siñora se va ficá en camí en la seua criada, y al arribá la nit, fen vore que sen anabe a dormí, va enviá a la criada al llit, y a la hora del primé son, eixín de casa en silensio, sen va aná cap a la torreta de la ribera del Arno, y mirán mol al seu voltán, no veén ni sentín a dingú, se va traure tota la roba y la va amagá a una malea, se va bañá en la imache set vegades y después, tota despullada, en la imache a la ma cap a la torreta que sen va aná. Lo escolá, que a la caiguda de la nit, en lo seu criat entre los saúcs y datres ábres prop de la torre se habíen amagat, habíe vist totes aquelles coses, pasán ella ben prop despullada, y veénla en la blancó del seu cos vénse la oscurina de la nit, y miránli les mamelles y datres parts del cos, y veénles hermoses y pensán cóm estaríen al cap de poc tems, va sentí una mica de llástima per nella; y per atra part, lo agulló de la carn lo va assaltá y va fé eixecás al que estabe acachat, y lo animabe a eixí del amagatall y aná cap an ella y fé lo seu gust; y va está a pun de sé vensut. Pero enrecordánsen de quí ere ell y quina va sé la ofensa ressibida, ensenénse pel odio, foragitán la compassió y la fam carnal, va mantindre firme lo seu propósit y la va dixá aná. La Siñora, puján a la torre y girada cap al nort, va escomensá a di les paraules que lo escolá li habíe escrit. Ell, después, va entrá a la torreta, silensiosamen y poc a poc va apartá la escala per la que se pujabe al terrat aon la Siñora estabe, y después va esperá a vore qué díe y fée ella.
La Siñora, set vegades dites les seues orassións, va escomensá a esperá a les dos mossetes y tan llarga va sé la espera que, sense contá en que sentíe molta mes fresca de la que haguere volgut, va vore apareixe la aurora; per lo que, trista de que no haguere passat lo que lo escolá li habíe dit, se va barruntá: «Temó ting de que éste haigue volgut donám una nit com la que yo li vach doná an ell; pero si per naixó me ha fet aixó mal ha sabut vengás perque no ha sigut ni la tersera part de llarga de lo que va sé la seua; sense contá en que lo fret va sé de un atra classe».

Y per a que lo día no la agarrare allí, va voldre baixá de la torreta, pero se va trobá en que la escala no estabe al seu puesto. Entonses, casi com si lo món fallare daball dels seus peus, se li va escapá tot lo valor; y, vensuda, va caure sobre la terra apissonada de la torre. Y cuan li van torná les forses, va escomensá a plorá y a queixás, y veén be que alló teníe que sé obra del escolá, va escomensá a arrepentís de habél ofengut, y después de habéssen fiat massa de aquell al que mereixcudamen habíe de tíndre per enemic: y en aixó va passá mol tems. Después, mirán si ñabíe alguna manera de baixá y no veénla, va torná a plorá y va tindre un amarg pensamén, diénse an ella mateixa:

«Oh, desgrassiada, ¿qué dirán tons germáns, los teus paréns y veíns y en general tots los florentíns cuan sápiguen que te han trobat despullada? La teua honestidat se vorá que ere falsa; y si an estes coses vullgueres trobá excuses mentiroses (que ne ñauríen), lo maleít escolá, que sap tots los teus assuntos, no te dixaré di mentires. ¡Ay, misserable, que a un tems haurás perdut al mal volgut jove y lo teu honor!»

Y después de aixó va sentí tanta doló que va está a pun de aventás desde la torre an terra; pero habén ya eixit lo sol y arrimánse ella un poc mes a una de les parts del muro, mirán a vore si algún pastoret per allí en lo seu ramat se atansabe al que puguere ella enviá a buscá la seua criada, va passá que lo escolá, habén dormit una mica a unes boches, al despertá la va vore, y ella an ell; y lo escolá va di: - bon día, Siñora, ¿han vingut ya les mossetes?
La Siñora, véenlo y escoltánlo, va torná a plorá fort y li va rogá que vinguere prop de la torre per a que ella puguere parláli. Lo escolá va sé en aixó mol cortés. La Siñora, tombánse de morros al terrat, sol assomabe lo cap al canto, y plorán li va di:
- Rinieri, si yo te vach fé passá una mala nit, pots está segú de habét vengat, perque encara que estem al juliol, están despullada y bañada me hay pensat que me congelaba esta nit; sense contá en que hay plorat tan lo engañ que te vach fé y la meua inossénsia en créuret que es maravilla que los ulls no me haiguen caigut de la cara. Y per naixó te rogo, no per amor a mí, a qui no tens que vóldre, sino per amor teu, que eres noble, que te contentos, en vengansa de la injuria que yo te vach fé, en lo que hasta este pun me has fet, y fes que me donon la roba y que puga baixá de aquí, y no vullgues tráurem lo que después, encara que vullgueres, no podríes tornám, es a di, la meua honra; que, si aquella nit te vach privá de está en mí, sempre que vullgues puc tornáten sen per una. Que aixó sigue prou, y com a home valerós ya te has pogut vengá y mu has fet vore; no vullgues probá les teues forses en les de una dona: cap glória es per a un águila habé vensut a un colom; aixina pos, per l'amor de Deu y per lo teu honor, tíngues compassió de mí.

Lo escolá, en lo ánim du, pensán en la injuria ressibida y veénla plorá y rogáli, sentíe plaé y al mateix tems cárrec de consiénsia. Va contestá:

- Doña Elena, si les meues plegaries, que en verdat no vach sabé bañá en llágrimes ni fé rogs melosos com tú saps fé los teus, me hagueren valgut, la nit que al teu pati ple de neu me moría de fret, si me hagueres resguardat una mica de la gelada, fássil me siríe ara escoltá los teus; pero si tan te ocupes ara del teu honor, y te es tan du lo está aixina despullada, eleva estes súpliques an aquell en lo que estáes despullada aquella nit que be recordes, sentín cóm yo caminaba pel teu pati castañolejánme les dens y poteján la neu, y féste ajudá per nell, féste per nell traure la roba, demánali an ell la escala per aon baixá, fica an ell lo cuidado del teu honor, aquell per lo que ara y atres mil vegades no has dudat en ficál en perill. ¿Cóm es que no lo crides per a que vingue a ajudát? ¿Y a quí li correspón mes que an ell? Eres seua: ¿y qué guardará o cuidará si no te guarde y te ajude a tú? Crídal, abatuda, y proba si l´amor que li tens y la teua sabiduría jun en la seua poden librat de la meua tontería; están en ell li vas preguntá qué li pareixíe mes gran, la meua simplesa o l´amor que li teníes. Y no me faigues ara cortessía de lo que no dessicho ni podríes negámu si u vullguera; guarda per al teu amán les teues nits, si es que ixes de aquí viva; són teues y seues: yo ne vach tindre prou en una y me baste habé sigut burlat una vegada. Y ara, fen aná la teua astússia al parlá, te les ingenies en alabám per a conquistá la meua benevolénsia y me crides noble y valén, y caviles per a que yo, com a magnánim, me abstinga de castigát la teua maldat; pero les teues paraules no me oscurixen ara los ulls del intelecto, com van fé abáns les teues desleals promeses; yo me coneixco, y sobre mí mateix no vach adependre tan mentres estaba a París de lo que tú me vas fé sabé en una nit de les teues. Pero presuposán que yo fora magnánim, no eres tú de aquelles en les que la magnanimidat tingue que mostrá los seus efectes: lo cástic en les fieres salvaches com eres tú té que sé la mort, mentres en los hómens té que bastá lo que tú has dit. Per lo que, encara que yo no siga cap esparvé, sabén que tú eres no colom sino escursó venenós, com a antic enemic, en tot lo odio y en tota la forsa te hay de perseguí; y aixó que te fach no pot dís vengansa sino mol milló cástic, perque la vengansa té que sobrepassá a la ofensa y aixó no arribe ni a igualála; per lo que, si yo vullguera vengám mirán en quín perill vas ficá la meua vida, no me bastaríe tráuret la vida ni atres sen iguals a la teua, perque sol mataría a una femella roína. ¿Y per qué dimonis, si traus la teua cara, a la que uns pocs añs espentolarán plenánla de arrugues, eres mes tú que consevol triste criada? ¡Y no va quedá per tú fé morí a un home valerós, com me has cridat poc antes, esta vida encara podrá en un día sé mes útil al món que sen mil iguals a la teua podrán mentres lo món duro! Adependrás ara en este doló que patixes qué es maltratá als hómens que tenen algún sentimén, y qué es maltratá als estudiosos, y te donará materia per a no caure may mes en tal locura, si ne ixes de esta. Pero si tens tan gran dessich de baixá, ¿per qué no te avíes de ahí dal? Y en un pun, en la ajuda de Deu, trencánte lo coll, ixirás del doló en lo que te pareix está y me donarás la alegría mes gran del món. No te diré res mes ara: tan vach pugué yo que hasta ahí te vach fé pujá; apáñateles ara per a baixá, tal com te vas enfotre de mí.

Mentres lo escolá díe aixó, la desgrassiada dona plorabe continuamen y lo tems passabe, puján mes alt lo sol. Pero cuan va vore que callabe, va di: - ¡Ah!, cruel, si tan dura te va sé aquella nit y te pareix lo meu pecat tan gran que no poden móuret a compassió ni la meua jove hermosura ni les amargues llágrimes ni los humils rogs, que te mogue al menos algo lo habém ressienmen confiat a tú y descubert tots los meus secretos, en los que hay donat lloc al teu dessich de pugué fém coneixedora de la meua culpa, com sigue que si no me haguera fiat yo de tú cap vía teníes per a pugué vengát, lo que mostres habé dessichat en tanta ardó. ¡Ah!, dixa la teu ira y perdónam ya: estic disposada, si me perdones y me dixes baixá de aquí, a abandoná del tot al desleal jove y tíndret a tú sol per amán y per siñó, per mol que aburrixques la meua bellesa, mostrán que es curta y poc valiosa: com la de les demés, digna es de estima, encara que sol fore perque la vanidat y lo joc y lo plaé són propis de la juventut dels hómens, y tú no eres vell. Y encara que cruelmen me estás tratán, no puc creure per naixó que vullgues vorem morí de mort tan deshonrosa com siríe aventám desde aquí dal com una desesperada dabán dels teus ulls, als que, si no eres entonses ya mentirós com u has sigut ara, tan los vach agradá. ¡Ah! Apiádat de mí, per Deu, lo sol escomense a calentá massa, y com la fresca de esta nit me va ofendre, aixina la calina escomense a molestám mol. A lo que lo escolá, que per divertís li donabe conversa, va contestá:
- Siñora, la teua confiansa no se ha ficat ara en les meues mans perque sentigueres amor per mí sino per a recuperá lo que habíes perdut, y per naixó sol mereix un mal mes gran; y mal creus que sol este camí me se oferíe per a la dessichada vengansa. Ne tenía datres mil, y mil trampes en fé vore que te volía te había parat daball dels peus, y poc tems ere pressís per a que per nessessidat (si aixó no haguere passat) hagueres caigut a una de elles y en mes doló y vergoña del que ara sens; y vach seguí este no per a donát cap ventaja, sino per a contentám mes pronte. Y si totes me hagueren fallat no me fallaríe la ploma, en la que tals y tantes coses haguera escrit de tú y de tal manera que, enteránte tú de elles (que ten enteraríes, segú), hauríes dessichat no habé naixcut mil vegades al día. La forsa de la pluma es mol mes gran de lo que creuen aquells que en lo seu coneiximén no la han experimentat. Juro dabán de Deu (y aixina ell me consedixque acabá esta vengansa com la hay escomensat) que hauría escrit de tú coses que no sol dabán de atres persones, sino tú mateixa te avergoñiríes, te hauríes tret los ulls per a no vóret mes; y per naixó, no li reprochos al mar habé creixcut a un riuet. En lo teu amor y en que sigues meua no ting, com ya te hay dit, cap interés; sé de quí has sigut, al que tan com lo odiaba abáns lo vull ara, pensán en lo que te ha fet. Vatres anéu enamorán y dessichán l´amor de los jóvens, perque los veéu en la carn un poc mes viva y en les barbes mes negres, y mol pinchos caminá, ballá y ajustá; estes coses les van tindre los que són de mes edat, y ademés saben ya lo que aquells tenen que adependre encara.
Y ademés de aixó, los jusguéu millós caballés y que fan jornades de mes milles que los hómens mes madús. Sértamen confesso yo que en mes forsa espolsen ells les pellisses; pero los de mes edat, com experimentats saben milló aón están les pusses, y en mol ha de triás abáns lo poc y gustós que lo mol desgustat; y lo trotá mol chafe y canse a consevol, encara que sigue jove, mentres lo caminá suavemen, encara que un poc mes tard faigue arribá an algúns a casa, per lo menos los conduíx en descáns. Vatres no ton acatéu, animals sense inteligénsia, cuán mal está amagat daball de aquella poca hermosura. No se contenten los joves en una sino que a cuantes veuen a tantes volen, de tantes los pareix sé dignes; per lo que lo seu amor no pot sé estable, y tú ara com a proba pots sé testigo de aixó. Y los pareix sé dignes de sé reverensiats y mimats per les dones y no tenen per mes glória que alabás de les que han gosat, fallo que ya ne ha portat a moltes daball dels flares, que no u conten. Y encara que digues tú que may van sabé los teus amors mes que la teua criada y yo, mal informada estás y mal penses. Al seu barri no se parle mes que de aixó, y al teu; pero la majoría de les vegades lo radé que escolte estes coses es aquell al que se referixen. Ells, ademés, tos roben, mentres que los de edat tos regalen. Tú, pos, que mal vas triá, has de sé de aquell al que te vas entregá, y a mí, al que vas maltratá, díxam sé de un atra, que hay trobat una dona de be, y tú no u eres, que milló me ha conegut de lo que tú vas fé. Y per a que del dessich dels meus ulls pugues emportát al atre món mes seguridat que la que pareix que te donen les meues paraules, avíat de ahí dal pronte, y la teua alma, com espero, ressibida als brassos del diable, podrá vore si los meus ulls de habét vist caure cap aball se turben o no. Pero com crec que en tan no voldrás alegrám, te dic que si lo sol escomense a cremát ten enrecordos del fret que me vas fé patí, y si lo mescles en esta calina, sense falta sentirás lo sol tibiet.

La desconsolada dona, veén que a pesá de tot a un fin cruel anáen a pará les paraules del escolá, va torná a plorá y va di:

- Mira, com res de lo meu te mou a piedat, que te mogue l´amor que li tens an eixa dona mes discreta que yo que dius que has trobat y de la que dius que eres volgut, y perdónam per lo seu amor y pórtam la roba per a que puga tapám, y fes que me baixon de aquí.
Lo escolá entonses va arrencá a riure, y veén que ya la hora de tersia habíe passat fée rato, va contestá: - Mira, ara no sé di que no, pos per tal dona me u has rogat: dísme aón están y yo aniré a per nelles y te faré baixá de ahí.

La dona, creénlo, se va consolá una mica y li va enseñá lo puesto aon habíe amagat la roba. Lo escolá, eixín de la torre, li va maná a son criat que no sen anare de allí, que se quedare prop y tan com puguere vigilare per a que dingú entrare hasta que ell no haguere tornat; y dit aixó, sen va aná a casa del seu amic y allí va diná en gran calma y después, cuan li va pareixe oportú, sen va aná a dormí la michdiada. La dona, a la terrassa de la torre, encara que estiguere algo consolada per una esperansa, mol dolorida se va eixecá y se va assentá apoyánse a la part del muro aon ñabíe una mica de sombra, y se va ficá a esperá acompañada de amargs pensaméns; y ara pensán ara plorán, y ara desesperán de la tornada del escolá en la roba, y saltán de un pensamén a un atre, com per lo doló estabe baldada y no habíe dormit la nit anterió, se va quedá adormida. Lo sol, que ere ruén, habén ya pujat al michdía, feríe de ple y a la descuberta la tendra y delicada blanca pell, y tamé lo seu cap, que estabe descubert, en tanta forsa que no sol li va sucarrá tot lo que se veíe de la carn, sino que li va fé llagues; y va sé tan grossa la cremada que encara que dormíe com un soc, la va fé despertás. Y sentín que se cremabe, movéense, li va pareixe que tota la pell sucarrada se li obríe y esclafíe, tal com veém que li passe a un pergamino cremat si algú estire de ell; y ademés de aixó, li fee tan mal lo cap que pareixíe que se li trencare, lo que no ere cap maravilla. Y lo terrat de la torre estabe bullín, ni en lo peu ni en atra cosa podíe apoyás; per lo que, sense estás quieta, de aquí cap allá anabe cambián de puesto plorán. Y ademés de aixó, com no corríe ni una mica de aire, ñabíen allí mosques y tabáns pa aburrí a una desmemoriada mula vella, y estos, embutínse per la carn nafrada y acribassada, tan fieramen la mossegaben que li pareixíe que la puncharen a un espeto, per lo que no parabe de moure les mans de un costat al atre, maleínse an ella y a la seua vida, al seu amán y al escolá. Y están aixina angustiada y espolejada y atravessada per la caló que badáe les roques, per lo sol, per les mosques cagadores, per los tabáns y tamé per la fam, pero mol mes per la sed, y per mil desagradables pensaméns, ficánse de peu, va mirá per a vore si veíe prop o sentíe an algú, completamen disposada a, passare lo que passare, cridála y demanáli ajuda. Pero tamé aixó li habíe tret la seua enemiga fortuna. Los llauradós sen habíen anat del campo per la calorina y ademés aquell día ningú habíe anat allí prop a treballá perque a les eres de les cases estaben trillán y batén; per lo que sol se sentíen les chicharres, y veíe lo Arno, que, despertánli encara mes lo dessich de les seues aigües, li aumentabe la sed. Veíe, tamé, a mols puestos bosquets, umbríes y cases, y dessichánles per igual, la angustiaben. ¿Qué direm mes de la desventurada viuda? Lo sol per damún y la griella del terrat per deball, y les mossegades de les mosques y los tabáns per los costats, de tal manera la habíen dixat que ella, que la nit passada en la seua blancura vensíe a les tiniebles, entonses, roija com lo fang, la argila, l´almagre y tota tacada de sang, li hauríe paregut a qui la haguere vist la cosa mes fea del món. Y están aixina, mes esperán la mort que atra cosa, sén ya passada la mitat de nona, lo escolá, eixecánse de dormí y enrecordánsen de la Siñora, per a vore lo que ere de ella sen va aná cap a la torreta, y al seu criat, que estabe encara en dijú, lo va enviá a minjá. Sentín la dona que arribabe, débil y angustiada per lo serio doló, se va assomá al muro y, assentánse, va escomensá a di plorán:

- Rinieri, be y fora de tota mida te has vengat, si yo te vach fé congelat de nit al meu pati, tú me has fet rostí de día damún de esta torre, y ademés de aixó, morím de fam y de sed; per lo que te rogo per lo únic Deu que pujos aquí, y ya que no puc suissidám, dónam tú la mort, que la dessicho mes que consevol atra cosa, perque tan gran es lo tormén que séntigo. Y si esta grássia no me la vols fé, al menos fésme portá una tassa de aigua, per a que puga bañám la boca, perque les meues llágrimes no son prou per a bañála.

Be va coneixe lo escolá en la veu la seua debilidat, y tamé va vore lo seu cos tot sucarrat al sol de juliol, y per naixó una mica de compassió va sentí per nella; pero, sin embargo, va contestá: - Dona roína, no te morirás a les meues mans, te morirás per les teues si ganes te entren; y tanta aigua ressibirás de mí per a aliviá la teua caló com foc yo vach tindre que fé per a escofám de tan fret. Y mol lamento que la enfermedat que me va portá a mí lo fret en la caldoreta del eixérrit fermentán va tindre que curás, mentres que la teua calorina se curará en la frescó de la perfumada aigua de roses; y mentres yo vach está a pun de pédre los nervis y la vida, tú, despellotada en esta calina, te quedarás tan hermosa com la serp cuan mude la vella pell.
- ¡Oh, pobreta de mí! - va di la dona -, esta hermosura conseguida de esta manera otorgue Deu a les persones que mal me volen; pero tú, mes cruel que consevol fiera, ¿cóm has pogut vore esgarrám de esta manera? ¿Qué debía esperá yo de tú ni de cap atre si en cruels tortures haguera matat a tots los teus paréns? Sértamen no sé quina crueldat mes gran podríe habés fet aná en un traidó que tota una siudat haguere passat a gaviñet, que la que tú has fet en mí al fém rostí al sol y sé mossegada y minjada per les mosques y tabáns; y ademés de aixó, no voldre donám una tassa de aigua, pos als assessinos condenats per los tribunals cuan van a la mort sels done de beure vi moltes vegades si ells u demanen. Ara be, ya que te vech firme en la teua crueldat y que lo meu patimén no te conmou, en passiénsia me prepararé a ressibí la mort per a que Deu tingue misericordia de la meua alma, al que li demano que en ulls de justíssia esta acsió teua contemplo.

Y dites estes paraules, se va arrossegá com va pugué hasta lo mich del terrat, desesperán de pugué escapás de tanta calina; y no sol una vegada sino mil, ademés de los atres dolós, se va pensá que se moríe de sed, plorán sempre fort y de la seua desgrássia dolénse. Pero cuan va arribá la posta de sol y pareixénli al escolá habé fet prou, fen arreplegá les robes de ella y embolicánles en la capa del criat, sen va aná a la casa de la dona y allí, desconsolada y triste y sense sabé qué fé va trobá a la seua criada assentada a la porta, y li va di: - Bona dona, ¿qué es de la teua Siñora?

A lo que la criada va contestá:

- Siñó, no u sé. Este matí me vach pensá que la trobaría al llit, aon ahí de nit me habíe pareixcut vórela anássen, pero no la hay trobat ni allí ni a cap puesto y no sé qué li haurá passat, per lo que vic en grandíssim doló; pero vos, siñó, ¿sabríeu dím algo de ella?
A lo que lo escolá va contestá:

- ¡Aixina te haguera tingut a tú jun en ella aon la hay tingut, per a habét castigat de la teua culpa com la hay castigat an ella de la seua! Pero seguramen no te escaparás sense que te paga les teues obres y que may mes ten burlos de cap home bo sense enrecordáten de mí. Y dit aixó, li va di al seu criat:

- Dónali esta roba y disli que vaigue a buscála si vol.

Lo criat va fé lo que li manabe; per lo que la dona, prenénles y reconeixénles, sentín lo que li habíen dit, molta temó va tindre de que la haguere matat, y ben just se va aguantá de quirdá; y ficánse a plorá, habénsen ya anat lo escolá, en la roba sen va aná corrén cap a la torreta. Habíe, per mala sort, aquell día, un llauradó de esta Siñora perdut dos marranos, y caminán buscánlos, poc después de que ixquere lo escolá va arribá an aquella torreta, y mirán per tot arreu a vore si veíe los seus gorrinos, va sentí los misserables plos de la desgrassiada dona; per lo que, puján allí com va pugué, va cridá:
- ¿Quí está plorán ahí dal?

La Siñora va coneixe la veu del seu llauradó, y cridánlo pel nom, va di: - ¡Ah, vésten a buscá a la meua criada y fes que ella vingue aquí dal a buscám!
Lo llauradó, coneixénla, va di:

- ¡Ay, Siñora!, ¿y quí tos va pujá ahí dal? La vostra criada ha estat tot lo día buscántos; ¿pero quí se habíe de pensá que estiguéreu ahí dal?

Y agarrán la escala, la va colocá aon solíe está, y la va assegurá lligán travessés de un costat al atre; y en estes, la criada va apareixe, y, entrán a la torre, no podén ya aguantá la veu, pegánse cops a les palmes de les mans, va escomensá a quirdá:
- ¡Ay, dolsa Siñora meua!, ¿aón estéu?

La Siñora, sentínla, tan fort com va pugué, va di:

- ¡Oh, germana meua, estic aquí dal! No ploros y pórtam pronte la roba. Cuan la criada la va sentí parlá, casi consolada del tot, va pujá per la escala reforsada per lo llauradó, y ajudada per nell, va arribá al terrat; y veén a la seua Siñora que no pareixíe una dona sino un sep de viña achicharrat per lo foc, tota vensuda, tota inerte, tombada despullada an terra, esgarrapánse la cara va escomensá a plorá damún della com si estiguere morta. Pero la Siñora li va demaná per Deu que callare y li ajudare a vestís; y habén sabut per ella que dingú sabíe aón habíe estat mes que los que li habíen portat la roba y lo llauradó que estabe allí, una mica consolada per naixó, los va rogá per Deu que may a dingú li digueren res de alló. Lo llauradó, después de mol charrá, portán a la Siñora en brassos, perque no podíe caminá, la va traure de la torre. La desgrassiada criada, que detrás se habíe quedat, baixán sense pará cuenta, se va retortigá un peu y va caure de la escala an terra, trencánse la cadera, y en lo mal que li fee, va escomensá a bramá tan fort com un león. Lo llauradó, dixán a la Siñora a un prat, va aná a vore qué li passabe a la criada, y trobánsela en la cadera chafada, la va portá al prat y la va dixá a la vora de la Siñora. Esta, veén que aixó se afegíe a les seues desgrássies, y habénse chafat la cadera aquella de la que esperabe sé ajudada mes que per dingú atre, mol triste va escomensá a plorá tan miserablemen que no sol lo llauradó no va pugué consolála sino que tamé ell va escomensá a plorá. Pero están ya baix lo sol, per a que aquí no los agarrare la nit, tal com va volé la desconsolada Siñora, va aná a casa seua y llamando a dos de sons germáns y a la dona, y tornán allí en un tauló, sobre aquella van colocá a la criada y a la Siñora y les van portá a casa; y reconfortada la Siñora en una mica de aigua fresca y en bones paraules, agarránla lo llauradó en brassos, la va portá a la seua alcoba. La dona del llauradó, habénli donat de minjá sopes de pa y despullánla después, la va ficá al llit, y van organisá les coses de manera que ella y la seua criada foren de nit portades a Florencia; y aixina se va fé. Allí, la Siñora, que gran acopio de embustes teníe, inventánse una fábula mol diferenta de lo que habíe passat, los u va fé creure a sons germáns, y a les seues cuñades y a totes les demés persones, que per art de los demonis aixó los habíe passat. Los meches van acudí rápidamen y no sense grandíssim doló y patimén de la Siñora, que tota la pell se va dixá moltes vegades apegada als sábanas, de una seria fiebre y de atres acsidéns la van curá, y tamé a la criada de la cadera trencada; per lo que la Siñora, olvidat ya lo seu amán, desde entonses se va guardá de fé burles y de vóldre a dingú mes; y lo escolá, sentín que a la criada se li habíe chafat la cama y pareixénli prou en esta vengansa, contén, va dixá les coses aixina. Aixó va sé lo que li va passá a la néssia jove per les seues burles, per creure que podíe divertís en un escolá com hauríe pogut féu en atres, no sabén que éstos (no dic tots pero sí la majoría) saben aón té la coa lo dimoni, y no me referixco al de Queretes. Y, per naixó, siñores, guardéutos de les burles, y espessialmén dels que estudien mol.

Josep Blesa

@Josep_Blesa 

Oh hi haja un colonitzador español (hostia, fa aná la ñ) estarem els valencians sobiranistes. Sóc 40 soci d´ACPV 10 Micalet i un fum d´entitats d´arreu dels Països Catalans on ahostiem imbècils colons com tu ja siguen francesos o españols. No discriminem entre el filldeputisme de màdrix o París.   



Oh hi haja un colonitzador español (hostia, fa aná la ñ) estarem els valencians sobiranistes. Sóc 40 soci d´ACPV 10 Micalet i un fum d´entitats d´arreu dels Països Catalans on ahostiem imbècils colons com tu ja siguen francesos o españols. No discriminem entre el filldeputisme de màdrix o París.

Carta, rey don Martín, Violante, su cuñada

AÑO DE 1407. 
III. 7 de junio.
Carta del rey don Martín a la reina doña Violante, su cuñada, en la cual le dice, que habiéndole participado su consejero mosen Galcerán de Sentmenat la prisión de Artal de Alagón, rebelde y traidor a él y al rey de Sicilia, su primogénito; y que el rey de Jerusalén y de Nápoles, hijo de la misma doña Violante, le hizo prender en París en el hostal de les tres puncelles, y llevarlo después al castillo de Ganges, según se contaba en la corte del padre santo; le escribía a dicho rey de Nápoles, rogándole que lo tuviese bien guardado, hasta tanto que él le avisase de su intención.


III.

Reg. 2251, fol. 41. 7 Je junio de 1407.

Senyora molt cara sor. Per relacio del amat conseller e camerlench nostre mossen Galceran de Sentmenat havem entes que sabut per vos com lo molt alt et molt car nebot nostre lo rey de Jerhusalem et de Napols fill vostre havia haut a sa ma Artal Dalago rebelle et traydor a nos et a nostre molt car primogenit lo rey de Sicilia escrivis de continent al dit rey sobre la bona guarda e retencio del dit Artal la qual cosa vos grahim molt. Apres ses seguit que vuy data de la present havem reebuda una letra de micer Johan de Balleterra la qual nos havem tramesa al sant pare escrita en Marsella a XXII de mars prop passat per la qual nos certifica com en la cort del dit sant pare se contava certament que lo dit rey vostre fill hauria fet pendre lo dit Artal en Paris en un hostal apellat de les tres puncelles et aquell haguera apres fet traure dalli e aportarlo en lo castell de Ganges del dit rey e axi parria que es certa la preso del dit Artal: perque nos scrivim de present al dit rey pregantlo axi afectuosament com podem que ell vulla fer tenir be guardat lo dit Artal et aquell no vulla manar soltar en alguna manera tro que nos ben certificats de la sua preso escriscam clarament de nostra intencio: e jatsia cregam fermament que ell per nostra contemplacio e honor e del dit rey de Sicilia ho fara de bon grat empero encaraus pregam senyora et molt cara sor que de continent li vullats scriure conformantvos ab la present lletra nostra per manera que lo dit Artal no sia en manera alguna soltat e deliurat sens expressa volontat: e sera cosa de la qual nos farets gran plaher lo qual molt vos grahiremrescrivintnos fiablament totes coses a vos plasents. E sia tots temps en vostra guarda senyora e molt cara sor lesperit sant. Dada en Valencia sots nostre segell secret a VII dies de juny del any MCCCCVII (1407)— Rex Martinus, - Dominus Rex mandavit michi. - Johannes de Tudela. - Dirigitur domine Regine Yolande. (Violante: Yolanda)


colección documentos inéditos archivo corona Aragón tomo I

JORNADA CUARTA. NOVELA OCTAVA.

Girólamovol a Salvestra; espentat per los rogs de sa mare sen va a París, torne y la trobe casada; entre a amagatóns a casa y se quede mort a la seua vora, y portat a una iglesia, Salvestra tamé se mor a la seua voreta.

Habíe acabat la história de Emilia cuan, per orden del rey, Neifile va escomensá aixina: algúns, al meu juissi ñan, valeroses siñores, que mes que l’atra gen creuen sabé, y menos saben; y per naixó no sol als consells de los homes sino tamé contra la naturalesa de les coses pretenen oposá lo seu juissi; de esta presunsió han sobrevingut ya grandíssims mals y may se ha vist víndre cap be. Y perque entre les demés coses naturals es l´amor la que menos admitix lo consell o la acsió que li siguen contraris, y la seua naturalesa es tal que antes pot consumís per sí mateix que sé arrencat per cap consell, me ha vingut al ánimo narrátos una história de una Siñora que, volén sé mes sabuda de lo que debíe y no u ere, creén del enamorat cor arrancá l´amor que potsé allí habíen ficat los estels, va arribá a arrancáli en un mateix pun l´amor y l´alma del cos a son fill.
Va ñabé, pos, a la nostra siudat, segóns los agüelos conten, un grandíssim viachán y ric de nom Leonardo Sighieri, que de la seua dona va tíndre un fill de nom Girólamo. Después del seu naiximén, arreglats los seus assuntos, va dixá esta vida. Los tutós del chiquet, jun en la mare, van administrá be los seus bens. Lo chiquet, creixén en los chiquets dels atres veíns, mes que en cap atre del barri en una chiqueta de la seua edat, filla de un sastre, se va familiarisá; y passán los añs, lo trate se va convertí en un amor tan gran y fort que Girólamo no se trobáe be si no veíe lo que veíe ella; y sértamen no la volíe menos de lo que ella lo volíe an ell.
La mare del sagal, acatánsen de aixó, moltes vegades lay va reprochá y lo va castigá; y después de queixás als seus tutós (no podén contíndres Girólamo), com se creíe que per la gran riquesa del fill podíe demaná peres al olm, los va di:
- Este sagal nostre, que encara no té catorse añs, está enamorat de la filla de un sastre que se diu Salvestra, si no lay traém de dabán, probablemen la pendrá per dona sense que dingú u sápigue, y yo may estaré contenta; o se consumirá per nella si la veu casás en un atre; y per naixó me pareix que per a evitá aixó lo tindríem que enviá an alguna part llun d´aquí, al cuidado de los negossis per a que, dixán de vore an ésta, se li desaparegue del pensamén y se li podrá después doná per dona alguna jove ben naixcuda.
Los tutós van di que la Siñora díe be y que faríen lo possible, y fen cridá al sagal al almassén, va escomensá a díli un, mol amorosamen:

- Fill meu, ya eres gran; bo sirá que escomensos tú mateix a velá per los teus negossis, per lo que mos contentaríe mol que anigueres un tems a París, aon vorás cóm se trafique en gran part de la teua riquesa; sense contá en que te farás mol mes cortés y de mes valor allí que aquí u faríes, veén an aquells Siñós, Baróns y gentilhomes (que allí ñan tans) y adeprenén les seues costums; después podrás torná aquí.
Lo sagal los va escoltá y va contestá que no volíe féu perque pensáe que igual que los demés, podíe quedás a Florencia. Los honrats homes, al sentíli aixó, li van insistí en mes paraules; pero no podén tráureli datra resposta, a sa mare lay van di. Ella, mol enfadada, no perque no volíe anássen a París, sino per lo seu enamoramén, lo va insultá; y después, ablanínlo en dolses paraules, va escomensá a afalagál y a rogáli tendramen que faiguere alló que volíen los seus tutós; y tan va sabé díli que ell va consentí en anássen a está allí un añ, pero no mes; y aixina se va fé. Anánsen, pos, Girólamo a París enamorat, diénli avui no, demá ten anirás, allí lo van tíndre dos añs; y tornán mes enamorat que may va trobá a la seua Salvestra casada en un bon jove que fée tendes, y se va ficá mol trist. Pero veén que no podíe sé d´atra manera, se va esforsá en tranquilisás; y espián cuán estáe a casa, segóns la costum de los joves enamorats va escomensá a passá dabán de ella, creén que no lo habíe olvidat. Pero ella no sen enrecordabe de ell, com si may lo haguere vist, y si sen enrecordáe, fée vore lo contrari. Lo jove u va vore enseguida, en grandíssim doló, pero no per naixó dixabe de fé tot lo que podíe per a torná a entrá al seu pit; pero com res pareixíe conseguí, se va disposá, encara que fore la seua mort, a parláli ell mateix. Informánse per algún veí sobre cóm estabe distribuída la casa, una tarde que habíen anat de vela ella y lo home a casa de uns veíns, de amagatóns va entrá dins de la alcoba y se va amagá detrás de les lones de les tendes que estaben allí; y tan va esperá, que, tornats ells y gitats, va notá que lo home estabe adormir, y allá sen va aná aon habíe vist gitada a Salvestra; y ficánli una ma al pit, simplemen va di:
- ¡Oh, alma meua! ¿Dorms ya? - La jove, que no dormíe, va volé quirdá pero lo jove enseguida li va di: - per Déu, no quirdos, que soc lo teu Girólamo. -
Sentín aixó ella tota tremolosa va di:
- ¡Ay, per Déu, Girólamo, vésten! Ha passat aquell tems en que erem sagals y no anáe contra lo decoro está enamorats. Estic, com veus, casada, per lo que ya no me está be escoltá a datre home que al meu; per lo que te rogo per Déu que ten vaigues, que si lo meu home te sentiguere encara que datre mal no vinguere, se seguiríe que ya no podría viure may en ell en pas ni en descáns, mentres que ara, volguda per nell, en pas y en tranquilidat en ell vic.
Lo jove, al sentí estes paraules, va sentí un terrible doló, y recordánli lo tems passat y lo seu amor may disminuít per la distánsia, y mesclán mols rogs y promeses grandíssimes, res va conseguí; per lo que, dessichós de morí, li va demaná que en recompensa de tan amor, lo dixare gitás a la seua vora hasta que se calentare una mica, que se habíe quedat gelat esperánla, prometénli que ni li diríe res ni la tocaríe, y que en cuan se haguere calentat una miqueta sen aniríe.
Salvestra, tenín una mica de compassió d´ell, lay va consedí en les condissións que ell habíe ficat. Se va gitá, pos, lo jove jun an ella sense tocála; y recordán en un sol pensamén lo llarg amor que li habíe tingut y la seua presén duresa y la perduda esperansa, se va disposá a no viure mes y sense di paraula, tancats los puñs jun an ella se va quedá mort. Y después de un bon rato, la jove, extrañánse de que estiguere tan coto, en cuidadet de que lo home no se despertare, va escomensá a di:
- Girólamo ¿No ten vas?

Pero com no va contestá, va pensá que se hauríe quedat adormit; per lo que, estirán la ma, va escomensá a sorollál per a que se despertare, y al tocál lo va trobá "chelat com lo chal", de lo que se va extrañá mol; y sacsánlo en mes forsa y notán que no se sorolláe, después de tocál un atra vegada va está segura de que estabe mort; per lo que mol acollonida va está mol tems sense sabé qué fé. Al final, va dessidí, fingín que se tratabe de un atra persona, vore qué díe lo seu home que teníe que fés; y despertánlo, lo que acababe de passáli an ella li va di que li habíe passat a un atra, y después li va preguntá que si li passáre an ell, qué tindríe que fé ella. Lo bon home va contestá que li pareixíe que an aquell que s´habíe mort sel teníe que portá en silensio a casa seua y dixál allí, sense enfadás contra la dona, que no li pareixíe que haguere cometut cap falta.
Entonses la jove va di:
- Pos assó tením que fé natros. -

Y agarránlo de la ma, li va fé tocá al jove mort, y ell, tot espantat, va fotre un bot del llit, se va ficá de peu y, ensenén una llum, sense entrá en mes históries en la seua dona, vestit lo cos mort en les seues mateixes mans y sense esperá gens, ajudánli la seua inossénsia, sel va carregá a les esquenes, lo va portá a la porta de casa seua, y allí lo va dixá.
Vingut lo día y trobat dabán de la porta mort, se va montá un gran abalot y, espessialmén sa mare; y examinat per totes parts, y no trobánseli ni ferida ni cop, va sé per tots los meches cregut que habíe mort de doló, com habíe sigut. Va sé, pos, este cos portat a una iglesia, y allí va víndre la dolorida mare en moltes atres siñores paréns y veínes, y damún d´ell van escomensá a plorá a llágrima viva, y a lamentás, segóns les nostres costums. Y mentres se fée un grandíssim dol, lo bon home de la casa aon s´habíe mort, li va di a Salvestra:
- Fícat un manto al cap y ves a la iglesia aon ha sigut portat Girólamo y mésclat entre les dones; y escolta lo que se parle sobre este assunto, y yo faré lo mateix entre los homes, per a enterámos de si se diu algo contra natros.
A la jove li va pareixe be y allá que sen va aná. ¡Maravillosa cosa es de pensá lo difíssil que es descubrí les forses del Amor! Aquell cor que la felís fortuna de Girólamo no habíe pogut obrí lo va obrí la seua desgrássia, y ressussitán les antigues flames, de repén la va moure a tanta piedat lo vore la cara del mort, que, amagada daball de la mantellina, obrínse pas entre les dones, no va pará hasta arribá al cadáver; y allí, cridán mol fort, damún del jove mort se va aviá, y no lo va bañá en moltes llágrimes perque, abáns de tocál, lo doló, com al jove li habíe tret la vida, an ella la hi va traure. Después, consolánla les dones y diénli que se eixecare, sense conéixela, y com ella no se eixecabe, volén alsála, y trobánla morta, la van eixecá y van vore que ere Salvestra. Per lo que totes les dones que allí estaben van escomensá a plorá mol mes que abáns. La notíssia va corre com la pólvora fora de la iglesia, entre los homes, y arribán als oíts del seu home que entre ells estabe, sense aténdre consol de dingú, va plorá mol rato, y después los va contá a mols lo que aquella nit habíe passat entre aquell home y la seua dona y tots van sabé la raó de la mort de los dos.
Prenén, pos, a la jove morta, y adornánla com se adorne als morts, jun al jove la van ficá, y ploránla, a una mateixa sepultura van sé enterrats los dos; y an ells, a qui Amor no habíe pogut ajuntá vius, la mort los va ajuntá en inseparable compañía.

jornada-cuarta-novela-novena

TERSERA JORNADA. NOVELA NOVENA

Giletta de Narbona cure al rey de Fransa de una fístula; li demane per home a Beltramo del Rosselló, que, casánse en ella contra la seua voluntat, a Florencia sen va enfadat; aon, festeján a una jove, en ves de esta, Giletta se gite en ell y té de ell dos fills, pel que ell, después, sentín amor per nella, la pren com dona.

Quedabe, al no vóldre negá lo seu privilegio a Dioneo, sol la Reina per contá la seua história, pel que, ésta, sense esperá a sé solisitada per los seus, tota amorosa, va escomensá a parlá:
¿Quí contará ara una história que parégue bona, habén escoltat la de Laureta?

Alguna ventaja ha sigut que ella no fore la primera, que después poques de les atres mos hagueren agradat, y aixina espero que passo en les que esta jornada queden per contá. Pero sígue com sígue, aquella que sobre lo presén assunto me se ocurrix tos contaré.

Al Reino de Fransa va ñabé un gentilhome de nom Isnardo, conde delRosselló, que com poca salut teníe, sempre teníe a la seua vora a un meche de nom mestre Gerardo de Narbona. Teníe lo dit conde un sol fill minut, de nom Beltramo, que ere hermossíssim y amable, y en ell atres chiquets de la seua edat se educaben, entre los que estabe una chiqueta del dit meche cridada Giletta, la que infinito amor, y mes allá del que conveníe a la seua tendra edat, va ficá en este Beltramo.

Este, mort lo conde y confiat ell a les máns del rey, va tíndre que anássen a París, per lo que la joveneta se va quedá desconsolada. Habén mort lo pare de ella no mol después, si alguna raó honesta haguere tingut, de bona gana a París per a vore a Beltramo hauríe anat; pero estáe mol guardada, perque rica y sola habíe quedat, no trobabe cap camí honesto. Y sén ella ya de edat de péndre home, no habén pogut may olvidá a Beltramo, habíe rechassat a mols en los que sons paréns la habíen volgut casá sense manifestá la raó.
Va passá que, inflamada ella per l´amor de Beltramo mes que may, perque sentíe que se habíe fet un hermossíssim jove, va sentí una notíssia, de cóm al rey de Fransa li habíe quedat una fístula que grandíssima moléstia y grandíssim doló li ocasionabe, y no se habíe pogut encara trobá un dotó (encara que mols u hagueren intentat) que lo haguere pogut curá de alló, sino que tots lo habíen empijorat; per naixó lo rey, desesperánse, ya de ningú volíe consell ni ajuda.
La jove se va ficá mol contenta y va pensá que aixina tindríe una raó legítima per a aná a París, y si ere la enfermedat que ella creíe, fássilmen podríe curá al rey y demanáli a Beltramo per home. Com habíe adeprés de son pare moltes coses, va prepará uns polvos en sertes herbes medissinals per a la enfermedat que pensabe que ere, va montá a caball y a París sen va aná. Y abáns de fé res se les va ingeniá per a vore a Beltramo, y después, anán dabán del rey, de grássia li va demaná que la seua enfermedat li mostrare. Lo rey, veénla jove, hermosa y agradable, no lay va sabé negá, y lay va amostrá. En cuan la va vore, va sentí esperanses de podé curál, y li va di:

- Monseñor, si voléu, sense cap moléstia o pena vostra, espero que dins de vuit díes tos sanaré de esta enfermedat.

Lo rey, per an ell mateix, se va burlá de les seues paraules dién:

- ¿Lo que los millós meches del món no han pogut ni sabut, una dona jove cóm
podrá sabéu?

Pero li va agraí la seua bona voluntat y va contestá que se habíe proposat no seguí ya cap consell de meche.

La jove li va di:

- Monseñor, despréssies lo meu arte perque soc jove y dona, pero tos recordo que yo no curo en la meua siénsia, sino en la ajuda de Déu y en la siénsia del mestre Gerardo narbonense, que va sé mon pare, un famós meche mentres va viure.
Lo rey, entonses se va di: «potsé me ha manat Déu an esta; ¿per qué no probo lo que sap fé, pos diu que sense patí molesties me curará en poc tems?», y habén dessidit probáu, va di:

- Damisela, y si no me curéu, después de fémos rómpre la nostra dessisió, ¿qué voléu que to se faigue?
- Monseñor - va contestá la jove- , vigiléume, y si abáns de vuit díes no tos curo, féume cremá viva; pero si tos curo, ¿quín premio me donaréu?
Lo rey li va contestá:
- Me pareix que encara estéu sense home; si u féu, tos casarém be y ben alt.
La jove li va di:

- Monseñor, verdaderamen m´agrade que vos me caséu, pero voldría demanátos yo l´home, entenén que no tos demanaré cap dels vostres fills ni de la família real.

Lo rey enseguida lay va prométre. La jove va escomensá la faena y, en poc tems, abáns del tems fixat, li va torná la salut, pel que lo rey, sentínse curat, va di:

- Damisela, tos hau guañat be un home.

Ella li va contestá:

- Pos, monseñor, voldría a Beltramo de Rosselló, a qui infinitamen desde la infánsia vach escomensá a vóldre y desde entonses sempre lo hay vullgut mol.
Forta cosa li va paréixe al rey tíndrelay que doná, pero com u habíe prometut, no volén faltá a la seua paraula, lo va fé cridá y aixina li va di:
- Beltramo, volém que tornéu a goberná lo vostre condat y que en vos tos emportéu a una damisela que tos ham donat per dona.
Va di Beltramo:
- ¿Y quí es la damissela, monseñor?

Lo rey li va contestá:

- Es aquella que en les seues medissines me ha tornat la salut.
Beltramo, que la coneixíe y la habíe vist, encara que mol bella li pareguere, sabén que no ere de linaje que a la seua noblesa corresponguére, tot ofés va di:

- Monseñor, ¿me voléu doná per dona a una pelacañes? No la pendré may per dona.

Lo rey li va di:
- ¿Pos voléu vos que no cumpligám la nostra paraula, que per a recuperá la salut li vam doná a la damisela que tos ha demanat per home en premio?
- Monseñor - va di Beltramo- , podéu péndrem tot lo que ting, y donám, com lo vostre home que soc, a qui tos agrado: pero estéu segú de aixó, que may estaré contén en tal matrimoni.

- Sí que u estaréu - va di lo rey- , perque la damisela es hermosa y prudén y tos vol mol, pel que esperám que mol mes felís vida tinguéu en ella que tindríeu en una dama de mes alt linaje.

Beltramo va callá y lo rey va fé prepará en gran aparato la festa de les bodes; y arribat lo día per an alló determinat, per molta mala gana que portare Beltramo, en presénsia del rey la damisela se va casá en qui mes que an ella mateixa volíe.

Y fet aixó, com ya teníe pensat lo que debíe fé, dién que al seu condat volíe torná y consumá allí lo matrimoni, li va demaná llisénsia al rey; y, montán a caball, en ves de anássen cap al seu condat, va colá cap a la Toscana. Y sabén que los florentinos reñíen en los de Siena, se va disposá a ficás al seu bando, aon alegremen ressibit y en honor, va sé fet capitá de serta cantidat de gen y va ressibí de ells bon jornal, se va quedá al seu servissi y va estáy mol tems.
La ressién casada, poc contenta de tal sort, esperán podé fel torná al seu condat sen va aná cap al Rosselló, aon va sé ressibida per tots com la seua Siñora. Va trobá allí, com habíe estat mol tems sense conde, totes les coses descompostes, tot estragos. Com a Siñora prudén en gran diligénsia y solissitut totes les coses va ficá en orden, pel que los súbdits mol conténs se van ficá y la van tíndre en molta estima y la van vóldre mol, reprochánli al conde que en ella no se contentare.

Habén la Siñora ficat tot lo país en dansa, per mich de dos caballés lay va fé comunicá al conde, rogánli que, si per nella no volíe torná al seu condat, lay comunicare, y ella, per a complaíl, sen aniríe.
Ell, duríssimamen, va di:

- Que faigue lo que li dono la gana: en cuan a mí, tornaré allí a está en ella cuan tíngue este anell al seu dit, y als brassos un fill engendrat per mí.
Teníe lo anell en gran apréssio y may se separabe de ell, perque li habíen donat a enténdre que teníe sert poder. Los caballés van sentí la dura condissió ficada en aquelles dos coses casi imposibles, y veén que en les seues paraules de la seua intensió no podíen móurel, van torná a la Siñora y la seua resposta li van contá.

Ella, mol dolorida, después de pensássu mol, va vóldre sabé si aquelles dos coses podíen ocurrí y aón, per a que com a resultat puguere recuperá al seu home. Y habén pensat lo que teníe que fé, reunits una part dels mes grans y millós homes del seu condat, los va contá en paraules dignes de compassió lo que abáns habíe fet per amor del conde, y los va amostrá lo que habíe passat per alló, y finalmen los va di que la seua intensió no ere que per la seua estánsia allí lo conde estiguere en perpetuo exili, pel que enteníe passá lo que li quedare de vida fen peregrinassións y obres de misericórdia per a la salvassió de la seua alma; y los va rogá que la protecsió y lo gobern del condat prenguéren y lay diguéren al conde, que ella forra, vuida, libre li habíe dixat la seua possessió y se habíe alluñat en la intensió de no torná may mes al Rosselló.

Aquí, mentres ella parlabe, van sé derramades llágrimes per mols de aquells homes bons y li van fé mols rogs de que cambiare de opinió y que se quedare; pero de res van serví. Ella, encomanánlos a Déu, en un cusí seu y una camarera, en hábit de peregrinos, ben provits de dinés y valioses joyes, sense que dingú sapiguere aón anabe, se va ficá en camí y no se va aturá hasta que va arribá a Florencia.

Allí estabe a una posadeta que teníe una bona dona viuda, sense cap lujo, com una pobre peregrina, en lo dessich de sentí notíssies del seu siñó. Va passá, pos, que al día siguién va vore passá a Beltramo per dabán de la fonda, a caball en la seua compañía, y encara que mol be lo va conéixe no va dixá de preguntáli a la bona dona de la fonda quí ere.

La posadera li va contestá:

- Es un gentilhome forasté, lo conde Beltramo, amable, cortés y mol amat an esta siudat; y lo mes enamorat del món de una veína nostra, que es dona noble, pero pobre. Es una honestíssima jove, y per la pobresa encara no se ha casat, viu en sa mare, prudentíssima y bona Siñora; potsé que, si no fore per sa mare, hauríe fet ya lo que este conde haguere volgut.

La condesa, sentín estes paraules, les va retíndre be; examinán tots los detalls, y ben compreses totes les coses, va péndre la seua dessisió, y adepresa la casa y lo nom de la Siñora y de la seua filla amada pel conde, un día, de amagatóns, en hábit de peregrina, allí sen va aná, va trobá a la Siñora y a la seua filla mol pobres y les va saludá. Li va di a la Siñora que cuan li anáre be volíe parláli. La honrada Siñora, eixecánse, va di que la podíe escoltá; y entrán les dos a una alcoba, y prenén assiento, va escomensá la condesa:
- Siñora, me pareix que tos contáu entre los enemics de la fortuna com me conto yo, pero si vullguéreu, per ventura podríeu a vos y a mí consolámos. La Siñora va contestá que no volíe datra cosa que consolás honestamen. Va seguí la condesa:

- Me es nessessária la vostra paraula, en la que si confío y vos me engañáreu, faríeu malbé los vostres assuntos y los meus.

- En confiansa - va di la noble Siñora- , diguéume tot lo que vullgáu, que may per mí siréu engañada.

Entonses la condesa, escomensán pel seu primé enamoramén, quí ere ella y lo que hasta aquell día li habíe passat li va contá, de tal manera que la noble Siñora, com ya en part u habíe sentit a datres, va escomensá a sentí compassió de ella. Y la condesa, contades les seues aventures, va seguí:

- Ya hau sentit, entre les demés angusties, quines són les dos coses que nessessito tíndre si vull tíndre al meu home. A dingú mes coneixco que pugue ajudám a adquiríles mes que a vos, si es verdat lo que hay sentit, que lo conde lo meu home vol mol a la vostra filla.

La noble Siñora li va di:
- Siñora, si lo conde vol a la meua filla no u sé, pero mol u aparente; ¿pero qué puc yo per naixó conseguí del que vos dessichéu?
- Siñora - va contestá la condesa- , tos u diré, pero primé tos vull amostrá lo que vull donátos si me ajudéu. Vech que la vostra filla es hermosa y está en edat de donáli un home, y pel que hay entés y me pareix compéndre, no tíndre dote per a donáli tos la fa tíndre a casa. Enteng, en recompensa del servissi que me faiguéu, donáli rápidamen dels meus dinés la dote que vos mateixa estiméu que per a casála honradamen sígue menesté.
A la Siñora, com estabe en nessessidat, li va víndre be la oferta, pero com teníe lo ánimo noble, va di:

- Siñora, diguéume lo que yo puc fé per vos, y si es honesto per a mí u faré en gust, y vos después faréu lo que tos vaigue be.

Va di entonses la condesa:
- Nessessito que vos, per algú de qui tos fiéu, li faigáu di al conde lo meu home que la vostra filla está disposada a fé lo que ell gusto si pot sersiorás de que la ame com aparente, lo que may creurá si no li envíe lo anell que porte a la má y que ella ha sentit que ell vol tan; si ell lay envíe, vos mel donaréu; y después manaréu díli que la vostra filla está disposada a fé lo seu gust, y lo faréu víndre aquí de amagatóns y de amagatontes a mí, en ves de a la vostra filla, me ficaréu a la seua vora. Potsé me consedíxque Déu la grássia de quedám preñada; y aixina después, tenín lo seu anell al dit y als brassos a un fill per nell engendrat, lo conquistaré y en ell viuré com la dona té que viure en lo seu home, habén sigut vos la que u haigue arreglat.
Cosa seria li va paréixe ésta a la Siñora, tenín temó de que li vinguere de ella la vergoña per a la seua filla; pero pensán que ere cosa honrada doná ocasió a que la bona Siñora recuperare al seu home y que en honesto fin se ficabe a fé alló, confiánse als seus bons y honrats sentiméns, no sol va prométre féu sino que pocs díes después, en secreta cautela, segóns les órdens que habíe donat, va obtíndre lo anell (encara que una miqueta li haguere costat al conde) y an ella en ves de a la seua filla va ficá al llit en lo conde.
Als primés ajuntaméns buscats pel conde, com li va apetí a Déu, la Siñora va quedá preñada de dos fills mascles, com lo parto va fé manifest al seu debut tems. Y no sol una vegada va alegrá la noble Siñora a la condesa en los abrassos del home, sino moltes, tan secretamen actuán que may se va sabé una paraula de alló. Lo conde sempre va creure que estabe en aquella a qui volíe, sense pensás que estabe en la seua dona, a la que no coneixíe ni reconeixíe. Cuan sen anabe, li donabe diverses joyes hermoses y de valor, que la condesa guardabe. Cuan ella se va sentí en estat, no va volé mes demanáli ajuda a la honrada Siñora, y li va di:

- Siñora, per la mersé de Déu y la vostra ting lo que dessichaba, y per naixó es tems que faiga lo que tos vach di, per a anámen después.
La honrada Siñora li va di que no u habíe fet per cap recompensa, sino perque li pareixíe un deber féu per a fé una bona obrá.
La condesa li va di:
- Siñora, no vull donátos lo que me demanéu com un premio, sino per a obrá be, a mí me pareix que té que fes aixina.
La honrada Siñora entonses, per la nessessidat obligada, en grandíssima vergoña, sen lires li va demaná per a casá a la seua filla. La condesa, veén la vergoña y sentín la seua discreta petissió, ni va doná singsentes y tantes joyes hermoses y valioses que valíen un atre tan; en lo que la honrada Siñora, mol mes que contenta, li va doná tantes grássies com va pugué a la condesa, y esta, separánse de ella, sen va entorná cap a la fonda.
La honrada Siñora, per a evitá que Beltramo enviare an algú o vinguere a casa seua, en la filla sen va aná al campo a casa dels seus paréns, y Beltramo al cap de poc tems, reclamat per los seus homes, a casa seua, sentín que la condesa se habíe alluñat, sen va entorná. La condesa, sentín que sen habíe anat de Florencia y tornat al seu condat, se va ficá mol contenta; y se va quedá a Florencia hasta que lo tems de parí va víndre, y va tíndre dos fills mascles mol assemellats a son pare. Y cuan li va paréixe adecuat, ficánse en camí, sense sé per dingú reconeguda, en ells va aná cap a Montpellier. Descansán allí algúns díes, y habén indagat sobre lo conde y aón estiguere, y enteránsen de que lo día de Tots Sans al Rosselló anabe a fé una gran festa de dames y caballés, sempre disfrassada de peregrina (com habíe eixit de allí), allá sen va aná. Y sentín a les dames y als caballés reunits al palau del conde a pun de assentás a la taula, sense cambiás de hábit, en los seus fillets en brassos va pujá a la sala, obrínse pas entre tots, hasta que va vore al conde, y tiránseli als peus, va di plorán:
- Siñó meu, yo soc la teua desventurada dona, que per a dixát torná y está a casa teua, mol tems hay estat voltán. Per Déu te requeríxco que les condissións que me vas ficá per mich de los dos caballés que te vach enviá les mantíngues:
aquí está lo teu anell al meu dit, y aquí, als meus brassos, ting no sol a un sino a dos fills teus.

Es hora ya de que siga per tú ressibida com a dona, segóns la teua promesa.
Lo conde, al sentí aixó, se va quedá esglayat al reconéixe lo anell, y tamé als dos fills, que tan se li pareixíen o assemelláen; pero va di:

- ¿Cóm pot habé passat aixó?
La condesa, en gran sorpresa del conde y de tots los que estaben preséns, ordenadamen va contá lo que habíe passat y cóm; pel que lo conde, veén que diebe la verdat y veén la seua perseveránsia y lo seu bon juissi, y ademés an aquells dos fillets tan hermosos, per a cumplí lo que habíe prometut y per a complaí a tots los seus homes y a les dames, que tots li rogaben que an esta com a la seua legítima dona aculliguére ya y honrare, va renunsiá a la seua obstinada duresa y va fé ficás de peu a la condesa, la va abrassá y besá y com a legítima dona la va reconéixe, y als bessóns va reconéixe com fills seus; y fénla vestís en robes conveniéns per an ella, en grandíssim plaé de cuans allí ñabíe y de tots los seus atres vasallos que alló van sentí, va fé no sol tot aquell día, sino moltíssims mes grandíssima alifara y jubiléu, y desde aquell día an ella sempre com a la seua dona honrada la va volé y la va apressiá.

https://lo-decameron.blogspot.com/2018/12/tersera-jornada-novela-dessima.html

Què vol Hitler ?

¿Què vol Hitler?  ¿ Qué quiere Hitler?  El estrecho vínculo entre el nazismo y el nacionalismo catalán Es bien sabido, gracias entre otr...