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Franco condenó en 1959 al padre de Jordi Pujol por robar dinero en Suiza
Parece que la "pequeña herencia" que escondió Jordi Pujol durante décadas en el extranjero para evadir al Fisco español, no fue lo único que el expresident de la Generalitat de Cataluña heredó de su padre.
Florenci Pujol Brugat ya fue condenado en 1959 por el Gobierno de Franco por tener dinero escondido en Suiza.
Según documentación histórica a la que ha tenido acceso la redacción editorial de MEDITERRÁNEO DIGITAL, el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la época recoge un extenso listado con 872 personas condenadas por el Tribunal de Delitos Monetarios, entre las que figura el pare de Jordi Pujol, acaudalado banquero catalán.
Junto a Pujol Brugat también aparecía el judío David Tennenbaum, por aquel entonces, su socio en el negocio de bolsa y cambio de divisas. "Florenci Pujol era conocido como el 'Pujolet de la Borsa'. Junto a su socio Moisés David Tennembaum, en la década de 1950 se dedicaba a la compraventa de divisas, algo mal visto por las autoridades franquistas, que aún seguían optando por la autarquía; aún no habían llegado al poder los tecnócratas del Opus Dei que apostarían por los planes de desarrollo", ya apuntaban Félix Martínez y Jordi Oliveres en su libro 'Jordi Pujol: en nombre de Cataluña'.
La implicación de Pujol i Brugat y de Tennenbaum en la trama de evasión de capitales a Suiza les impidió a ambos constar oficialmente como accionistas de la Banca Dorca de Olot, posteriormente rebautizada como Banca Catalana, que fue creada en marzo de 1959. Por ese motivo tuvieron que ser sus esposas, Maria Soley y Ruth Kischner, las que formaron parte del consejo de Administración de la nueva entidad en representación de sus maridos.
Tampoco formó parte del primer consejo Pujol hijo, que ya por entonces se dedicada a la política clandestina, por su implicación en 'els fets del Palau' (los conocido como sucesos del Palau de la Música), donde años más tarde también amasaría su fortuna a base de robar un tal Millet. Pero eso es otra historia.
La calamitosa gestión de Banca Catalana provocó la quiebra de la entidad a principios de los 80, que necesitó 300.000 millones de pesetas de dinero público para evitar su desaparición.
¿Cómo cometían el fraude al Estado? Lo explicó Manuel Ortínez, que fue representante de Unión de Bancos Suizos (UBS), en su biografía 'Una vida entre burgueses', que años después enfadó muchísimo a su hijo Jordi.
"En Tánger las pesetas se convertían fácilmente en dólares. Al fin y al cabo sólo había que pasar los 9 km de mar del estrecho de Gibraltar y tener amigos combinados en las aduanas de los dos lados. Yo entregaba las pesetas en Barcelona, en billetes de 100, que hacían un bulto considerable, y las pesetas convertidas en dólares aparecían en EEUU o Suiza... Operación delicadísima que no podías hacer con cualquiera. Entre otras cosas porque cuando uno entregaba el paquete de billetes, no tenía la absoluta seguridad de que llegaran a su destino. No había comprobante... Con Florenci Pujol nunca tuve otro trato que éste".
Lapidario, omite decir que el método eran bolsas de dinero introducidas en maleteros de doble fondo, en escondites de pequeños barcos... Como el nieto de Florenci, Jordi Pujol Ferrusola, haría después para llevar el dinero a Andorra y otros paraísos fiscales. La sangre. Cosas de la familia.
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El Gobierno y los centros de poder han entrado en pánico ante la posibilidad de que Jordi Pujol haga uso de los dossiers que guarda si los miembros del Clan Pujol pisan la cárcel. El ex president de la Generalitat dispuso de un servicio de inteligencia conocido como los "Pata Negra" formado por ex agentes del entonces CESID que elaboraron informes durante años sobre las redes de corrupción, escándalos y sus ramificaciones en todo el Estado español.
La filtración de los dossiers haría tambalearse la democracia.
El ex molt honorable, Jordi Pujol, ya hizo un amago durante su comparecencia en el Parlament catalán, el 25 de septiembre de 2014, cuando al ser interpelado sobre el origen de su fortuna que atribuía a la herencia de su padre, y ante las dudas de algunos diputados, manifestó que si ponía en marcha el ventilador se iba a armar gorda.
Lo que pocos conocen, pero si el Gobierno Rajoy, la oposición y los centros de poder, es que tras el escándalo de Banca Catalana, Pujol lo tuvo claro. Logró que los miembros del tribunal que le juzgaba fueran convenientemente tocados. Sorprendentemente salió absuelto.
El Gobierno de Felipe González había ordenado a los fiscales que dejaran en paz al molt honorable. Y ahora que uno de los fiscales, Villarejo, no tiene inconveniente en airear la orden que le dieron, debemos recordar el párrafo de Salvador Sostres en "El Mundo" contando cómo se enterró el caso Banca Catalana:
"Piqué Vidal hizo una lista de los 41 magistrados de la Audiencia de Barcelona que tenían que decidir si procesaban o no a Pujol y visitó uno a uno a los que calculaba que estaban más dispuestos a dejarse convencer. Y a cada uno de ellos les hizo una oferta que no pudieron rechazar".
"No una oferta genérica -prosigue Sostres- sino perfectamente personalizada: ayudas al hijo yonqui, el puesto de trabajo de la esposa con problemas, cantidades económicas para las situaciones desesperadas, etcétera. Todo ello, naturalmente, con cargo al erario público. Un día antes de la votación, en 1986, Piqué Vidal estuvo en condiciones de anunciarle a Pujol: 'Presidente, ganaréis por 33 a 8', que fue exactamente el resultado de la votación del día siguiente".
Se investigó las debilidades de los magistrados
Por supuesto que para llegar a cambiar la voluntad de 33 jueces hubo una minuciosa labor de inteligencia que investigó las debilidades de cada uno de los magistrados.
A partir de esa experiencia y para extender el control a jueces, fiscales, políticos, empresarios y otras personalidades, desde la Generalitat Pujol montó un servicio secreto de agentes conocidos como los "Pata Negra".
Algunos de ellos eran agentes de la "antena" (oficina) del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) en Barcelona, que en su momento fueron utilizados por el ministro de Defensa Eduardo Serra para investigar las andanzas de Javier de la Rosa, entre otras misiones impropias.
Parte de los agentes pasaron al servicio de Pujol cuando se desmontó la "antena" del CESID en Cataluña, una de las exigencias de CiU para apoyar la investidura de José María Aznar en 1996 tras ganarle las elecciones a Felipe González, pero sin mayoría absoluta.
En estos días la sociedad española comprueba como el escándalo Pujol es tratado con algodones por jueces, fiscales y el propio Gobierno que no se atreve a que el ex-molt honorable pase la pena del telediario.
Orden de no detener al Clan Pujol
En el despliegue policial del pasado martes los doscientos agentes que intervinieron en los registros de las viviendas y oficinas del Clan Pujol en Barcelona debían tener sumo cuidado. Habían recibido órdenes taxativas de no realizar ninguna detención, fueran cuales fueran los resultados de los registros.
Incluso cuando acudieron al domicilio del matrimonio Pujol-Ferrusola donde se encontraba convaleciente de una operación quirúrgica en el hombro el hijo mayor, las indicaciones eran muy precisas: sólo debían acceder a la habitación de Jordi junior. No podían buscar pruebas en otras dependencias de la vivienda.
La explicación es sencilla: el Gobierno tiene miedo de enfadar a Jordi Pujol y que empiece a tirar de los dossiers elaborados por los "Pata Negra" y salgan a relucir decenas y decenas de escándalos.
Parece que las visitas de Artur Mas a don Jordi guardan relación con la estrategia sobre dichos dossiers que, aseguran fuentes conocedoras de los mismos, recogen pormenorizadas informaciones sobre las redes de corrupción, escándalos y sus ramificaciones en todo el Estado español. Dossiers que, de hacerse públicos, harían tambalearse la democracia.
La información es poder
Se confirma, una vez más, que la información es poder. Si Soraya Sáenz de Santamaría es tan poderosa, intocable por los medios escritos y respetada por la clase política, se debe a la información que el servicio secreto, que todo lo escucha y todo lo ve, le ha proporcionado en estos cuatro años que lleva como jefa de los espías. Ni el propio presidente Rajoy se atreve a ningunearla.
Pujol lleva más de treinta años acumulando informes, muchos de infarto y sorprendentes. De ahí el pánico del poder a que se mosquee y ponga en marcha el ventilador para salvar al clan de la cárcel.