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Ricart García Moya, la muerte de Pompeu Fava


Me he enterado de la muerte de un valenciano que, altruistamente, batallaba en Twitter con el seudónimo «Pompeu Fava». No sé su nombre auténtico, pero reconozco por sus escritos que fue valioso miembro de la Resistencia ante el fascismo expansionista, y que utilizó ingeniosamente la ironía en nuestra desigual liza contra el catalanazismo. Supone gran pérdida para la dispersa y acorralada guerrilla de los que nunca serán siervos de la superior raza aria catalana. Carecemos de un neoplatónico florentino que, en epitafio, exprese poéticamente la nostalgia y tristeza hacia el digno ser que nos ha dejado; aunque, según Marsilio Ficino: «El hombre asciende a las regiones superiores sin descartar el mundo inferior, y puede descender al mundo inferior sin desechar el superior». Esto lo decía en latín, que queda mejor, pero…

Lo que sigue se interpretará mal, muy mal, aunque tengo la ventaja de que, al estar en el estrato más inferior del submundo valencianista (y no aludo a colaboracionistas de la AVL y demás cancerberos), tampoco sorprenderá a mis 10 o 15 lectores. Así que iniciamos transición, valga el símil, del Requiem de Berlioz a las estridencias del mundano Offenbach; o de un admirado ser humano, Pompeu Fava, a la modesta preposición «sinse».

Las convicciones valencianistas del honesto ‘Pompeu Fava’ se regían, supongo, por las Normas del Puig, las de la RACV y la disciplina de Lo Rat Penat, de ahí su paródico seudónimo «Fava», morfología arcaica compartida con el catalán. Y aquí surge el conflicto con el valenciano moderno; pues, si pretendemos mantener la secular singularidad, no podemos desperdiciar o condenar una sola morfología, vocablo o construcción sintáctica surgida en la lengua viva y plasmada negro sobre blanco. Por cierto, si he tardado unos 20 años en recopilar morfología y léxico en el DHIVAM 2020, no es mucho pedir que, quien quiera fundamentar la independencia del valenciano moderno, invierta 20 minutos en consultar documentación sobre el sust. «faba» o cualquier otra voz prohibida por los colaboracionistas:

A) ¿fava o faba? -del latín faba, ¿por qué rechazar la grafía valenciana moderna ‘faba’, si es culta, etimológica y distinta al cat. «fava»?

B) ¿sense o sinse? -del latín sĭne surgieron corrupciones neolatinas peninsulares: sin, sins, sen, senes, sens, sensesinse…. ¿Cuál nos singulariza más ante la lengua invasiva?

Pocos se atreven a usar la prep. valenciana moderna «sinse». El terror al qué dirán coagula la sangre de horchata. El pavor a que se les considere incultos es eficaz espada de Damocles; así, uno de los mantras repetidos en la inmersión es que huyamos de cualquier voz sospechosa de castellanismo, salvo que sea catalanismo como tarda, vegada, etc. Los timoratos, cohibidos ante el matonismo filológico, buscan amparo en las tímidas Normas del Puig que, inútilmente, limosnearon tolerancia y consenso de los colaboracionistas. Uno de los firmantes, mi amigo Pepe Boronat Gisbert, a pocos días de la firma nos comentaba su arrepentimiento y decepción por el catalanismo subyacente en las mismas. Ese lamento lo escuchamos repetidas veces los contertulios (Duardet Monllor, Vicente Ramos, Antolí, Redó…) en nuestras reuniones semanales en la Casa de Alcoy de Alicante.

Así nos asustaba Corominas

En valenciano podemos construir el ablativo: «Patim tristea sinse’l companyer Pompeu Fava», pero nos llamarían churros. La cosa viene de lejos y arriba. No hace falta rascar mucho bajo la erudición del lexicógrafo barcelonés Corominas —luz de etimólogos— para descubrir su mentalidad racista, además del virtuosismo en la manipulación documental. Así, respecto a la voz que usamos de paradigma, lanzaba esta brutal descalificación:

«Una variant sinse cal dir rotundament que no ha estat mai de la nostra llengua, encara que la donin com a variant valenciana… ha estat allà tan rara, que no hem de dubtar a qualificar-la de barbarisme ocasional de xurros» (Corominas: DECLLC, VII, p.798)

Nos topamos, ya lo ves, con la alambrada racial inherente a estos lingüistas. Para no caer en su red de engaños colaterales, la misma grafía «xurro» no existe. En valenciano se escribe con ch-, «churro«1, voz infamante que señala al étnicamente distinto e inferior y, lo más grave, que habla la lengua de las bestias, el español, y masculla valenciano. Frutos del racismo son las voces empleadas para discriminar por aspecto, cultura, raza o idioma: maqueto, judío, sudaca, churro, charnego, etc. Volviendo al tema, Corominas descalificaba la prep. «sinse» con argumentos que traducimos del catalán:

«una variante sinse conviene decir rotundamente que no ha pertenecido jamás a nuestra lengua, aunque la den como variante valenciana… ha sido allí tan rara, que no hemos de dudar a calificarla de barbarismo ocasional de churros» (Corominas: DECLLC, VII, p.798)

Corominas insiste con frases intimidatorias contra algún escritor «patoisant» que, osadamente, usara tal barbarismo. En realidad, la prop. «sinse» ha sido vapuleada desde tiempos de Prat de Riba, Jaume Massó y Pompeu Fabra, de ahí que el terror a emplearla y ser degradado a «patoisant» afecte incluso a la Resistencia. La bola de nieve ha engullido hasta a mis conocidos del GAV, que consideran vulgaridad a «sinse» y siguen con el «sense» de marras; en parte por la aportación de filólogos bien intencionados como López Verdejo que, taxativamente, insistía en lo asimilado en la Universitat del autoodio:

«Recordem que la preposicio sense es pronuncia ‘sinse en alguns llocs, pero es tracta d’un fet propi de la llengua vulgar que no s’ha d’escriure i que hem d’intentar corregir» (Voro López: Parlem com cal, cap. III)

Ese «com cal» es construcción sintáctica catalana arrastrada por Voro desde su juventud universitaria: «en val. modern el defectiu ‘cáldrer’ asoles te sentit negatiu, raere del adv. no: “entre amics no cal tovalles” (Ros: Adages, 1736, p. 55); “No cal, arremate pronte” (Serrano, M.: Voreta de l´Albufera, 1928, p.45), etc.

La prep. «sinse» no es «churra» ni vulgar

La preposición valenciana conserva una –i– que no ha caído del cielo extremeño o salmantino. Procede del latino sĭne, que generó derivados como «sins«, presente en clásicos:

«hores stigué sins algún recort» (Martorell, J.: Tirant, c.1460)

El supuesto ‘barbarismo de churros’ era lo contrario. El pueblo conservó el lexema latino, aunque no fuera consciente de emplear un cultismo; y hay indicios del uso ininterrumpido con la morfología más etimológica «sins«, o la actual «sinse«. El ciudadano Jeroni Llopis, autor de un lacónico dietario, confirmaba la presencia de la preposición culta «sins» en el valenciano del renacentista Reino de Valencia. El manuscrito de Llopis no tenía pretensiones literarias o divulgativas, por lo que empleaba la lengua usada por sus conciudadanos, de ahí que hallemos la morfología verbal «vixqué», (Vita Christi: "Ans ha vixcut en la terra d´les besties tribulat continuament per ell e sos fills nuncha se son millorats de res:") e indicios de la moderna simplificación y unificación de oclusivas sordas, «cuart»; aparte de la secular copulativa «y» valenciana; ("hy perque enla fonda y plorosa vall de lagrimes de aquest mon miserable") conjunción que, como tú sabes, engendra terror a los miembros del Rat Penat, GAV y RACV, salvo contadas excepciones:

«…li tallava les venes. Y vixqué un cuart (sic) y sins confesió» (Ms. Dietari de Jeroni Llopis, 5 d’abril, any 1575)

En escritos notariales, eclesiales o cancillerescos también hallamos la preposición usada por el pueblo:

«…sins llanterna… més de una espasa sola» (Decret de Vespasiá Gonzaga, Virrey de Valencia, 6 d’octubre 1576)

¿Recuerdas, Pompeu Fava, lo qué adoctrinaba el barcelonés? ¡Ah, sí, que esta preposición «era barbarismo ocasional de churros»!. En el Auschwitz idiomático creado por Corominas para ‘churros’ encontraríamos a Joanot Martorell, escribanos cancillerescos, dietaristas del Renacimiento o al prolífico Pere Jacint Morlá, un beneficiado de la iglesia de San Martín en el centro de Valencia que, en su abundante obra, intentaba plasmar lo escuchado a la monja tornera, el albañil, los contertulios Arguix, Sisternes, Maluenda, etc. Actualmente, sus escritos son botín de la «llengua catalana»; pero, en el Barroco, el poeta lo dejó claro; p.ej., en la composición para el certamen de Gandía: «He volgut, noble auditori, / escriure com acostume: / en ma llengua, en valenciá«. Un siglo después, el ilustrado Ximeno recordaba: «Pedro Jacinto Morlá (+ 1656). Fue uno de los poetas más celebrados de España por su ingenio, agudeza y facilidad para componer en todo género de metro, ya fuese en idioma valenciano o castellano» (Ximeno: Escritores del Reyno, 1747). El poeta escucharía la preposición «sinse» en conversaciones, y dejó constancia: “sinse deixar una olla” (B.. Univ. de Valencia, Pere Jacint Morlá, ms. 6781, c.1650); «la camisa sinse randa» (ib.);»sinse honra, sinse …2,/ sinse bolsa3 y sinse dinés» (ib.), etc.

Corominas afirmaba «rotundamente que no ha pertenecido jamás a nuestra lengua», y tenía razón: no perteneció a la catalana y sí a la valenciana. El lexicógrafo, enardecido, nos ofendía: «sinse era barbarisme ocasional de xurros», por lo que seguimos ofreciendo churros como el cáustico Francesc Mulet: “sinse fer rumor4” (BNM, Mulet: Ms. Infanta Tellina, c. 1660); igual que su coetáneo Ayerdi: “quedá sinse castic” (BUV. Ms. 59, Joachim Ayerdi: Noticies de Valencia, maig 1662); o el carmelita Armengol: “era pelat est home, sinse monyet” (Armengol: Nov. a S. Juan de Mata, 1669), etc.

orti-mayor
En este sencillo grabado valenciano del Barroco, una apática y dubitativa Muerte refleja la inutilidad de nuestras luchas mundanas; pero, ¡ay!, seguiremos con ellas. El cultísimo cronista Ortí Mayor usaba la prop. «sinse» , por lo que Corominas y demás racistas filólogos lo degradarían a ser inferior o «churro» (Grabado en la obra de Ortí Mayor, J. V.: Recomendación del alma, Valencia, c.1740)

No esperen que algún millonario de la AVL se ponga gallito y emita quiquiriquís de protesta ante las manipulaciones corominescas, y las hay de todo tipo (generadas por su aversión al valenciano y español). Hemos comprobado que el barcelonés negaba rotundamente la existencia de «sinse» en los susodichos siglos XVII y XVIII; y, además, que fue barbarismo de churros. Uno de ellos sería el cronista Ortí Mayor:

“la deixá sinse paraula” (Ortí Mayor: Coloqui pera lo Convent de Senta Ursula, 1730)

O los «churros» de la Torre d’en Basora:

sinse ser avisats” (Archiu Mun. Torre d’en Besora, Stabliments T. B., 31 d’agost de 1738)

Y el «churro» Carlos Ros:

“no vol treballar, / sinse pensar en…” (Ros: Segona part de les penes, 1745)

En fin, en el 1700, el Reino estaba plagado de seres inferiores o churros», desde el anónimo de Elche a los de Valencia o la Torre d’en Basora:

“home sinse fills” (A. Mun. Elig, Romans del pleit, 1776)

“en l’aire sinse poder…” (Poesías que se arrojaron desde los carros triunfales, 1755)

“les llágrimes… sinse parar” (BUV, Ms. 744, Relació que fa a Thomás, 1769)

sinse pensar” (En obsequi dels Voluntaris Honrats del Reyne de Valencia, 1794)

sinse bucles” (Sento y Tito… per lo feliz Part de Luisa de Parma, 1794)

sinse tindre por a un poble” (BNM, Zarzuela D. Jorge Palacios, en valenciá, 1801)

Leo y releo, estupefacto, el texto de Corominas en que afirma que «sinseen los siglos XIX y XX ha sido allí (Reino de Valencia) tan rara que no hemos de dudar a calificarla de barbarismo ocasional…» (DECLLC, VII, p.798). Tan rara que no voy a reproducir las innumerables fuentes que desmienten al racista filólogo; valga, por ejemplo, la traducción al valenciano de los aforismos de Fages (Aforismes catalans, Figueras, 1849), donde sí figura nuestra preposición, inexistente en el texto catalán:

sinse doctrina, y farás be la ruina” (Aforismes catalans traduits al valenciá, 1853, p. 9)

Un ejemplo en Castellón, ahora catalanizado y núcleo del autoodio a Valencia:

“el carro sinse rodes” (Baidal Llosá, F.: Amor torna, Castelló, 1917, p. 20)

Y hasta del catalanista Carles Salvador, antes de serlo:

“lo millor sería tindre dinés y estic sinse un clau” (Salvador, Carles: Un negosi com un atre, 1921, p.7)

Y los de Torrent:

sinse ducte foraster” (Catalá G.: La carchofa, Torrent, 1926, p. 13)

Y Gandía:

sinse un apretó” (Ferrer, L.: A la vora del riu Serpis, Gandía, 1932, p. 12)

Y los de Alicante:

sinse ducte” (El Liberal, Alacant, 23 d’agost 1897)

Los de Novelda:

“s´han quedat sinse finques” (El Tío Gabia, Novelda, 7 -1- 1884)

Los churros del «Mongó» (ahora catalanizado en Montgó»)

sinse el seu consentiment” (Barreda, M.: La cara de Mongó, 1873)

La producción churrera se exportaba, siguiendo la tradición medieval, a los vecinos del Norte:

sinse lley” (Merelo: Tot ho apanyen els dinés, choguet valenciá, Lérida, 1866, p. 33)

Quien se tome la molestia de consultar el DHIVAM 2020 (no los anteriores) comprobará la indigna manipulación de los expansionistas, y la suicida actitud de los valencianistas que se avergüenzan de esta preposición elegida de paradigma ¿Por qué ese autoodio a la huella etimológica de la «i», que hallamos incluso en el viejo provenzal: «sin jamans eran e sí s’ amaven» (Questa del sant grasal, c. 1300)?

Al ya conocerte, amigo Ricart Alós , me pongo confidencial

Hoy me dicen que te llamabas Ricart Alós, y que buscabas salvar del naufragio a tus compatriotas. Recurro a la ficción comunicativa para decirte que lo tenemos difícil ante el poder omnímodo del fascismo expansionista. Padecemos, leal Ricart Alós, un Régimen que esclaviza con la obligatoriedad de catalanizarnos, y han conseguido que el mismo pueblo participe, sin ser consciente, del oprobio. Así sucede en el instante en que un valenciano escribe «telèfon» en lugar del val. «teléfono«5; o que vamos a ‘Consum’ y nos ofrecen «maduixa», en lugar de «fresa» o «fraula«. Hay valencianistas que usan el cat. «salutacions» (raro arcaísmo revitalizado por los catalanes del 1860), al creer que si escriben «saluts» mutarán en churros. ¡Ay, Ricart Alós, cómo nos han lavado el cerebro!. Nuestro mozárabe Pedro Pascual ya incorporaba esta fórmula de cortesía en el mismo siglo en que vivía Jaume I: «Foren al encontre, e les primeres saluts foren de Sanct Johan dient: Gloria e honor sia a Deu lo Pare…» (Pasqual, Pere: Obres, c.1280). Femenino en aquellos años de vaivenes morfológicos, en val. moderno es masculino: ‘¡Che, Huiso, donali un salut de ma part a ton tío!’. Hasta el colaboracionista Guarner recordaba la divergencia semántica de esta voz homógrafa del mismo étimo: “El salut, acció de saludar; la salut, sanitat” (Sanchis Guarner : Gram. Valenciana, 1950, p. 206). También hay valencianistas que prefieren escribir «reba» en lugar del moderno valenciano ‘recibixca’, ‘resibixca’6.

Ahora sabes, noble Ricart Alós, qué fácil es caer engañado por los estafadores piramidales. Si los catalanes Corominas y del IEC ordenan que hay que escribir «canvi» y «canviar», todas las terminales colaboracionistas en el Reino nos machacarán con este dogma de fe ¿Consecuencias? Nadie de Lo Rat PenatRACVGAV o la Oronella quiere ser «churro», por lo que escribirán «canvi»,»canviar»; y les da igual que les demuestres mil veces que es cultismo valenciano clásico y moderno. La cobardía o el qué dirán paraliza a estas personas que, escupiendo al aire, seguirán usando catalanismos. Fíjate, Ricart Alós, que en el DHIVAM les ofrecí una cantidad considerable de autores y obras donde se demostraba que «cambiar» es la morfología valenciana, ¡les da lo mismo! Ellos, los de las entidades citadas, seguirán usando el catalán «canviar» ante el regocijo expansionista. Mira, amigo Ricart Alós, aquí tienes unos ejemplos del DHIVAM 2020 (despreciados por nuestros compañeros de fatigas):

catalanazis
El ejército de la Muerte, amigo Ricart Alós, es invencible; pero el proyecto catalanazi de ampliar la Gran Cataluña hasta la Vereda del Reyno, en Beniel, sí encontrará tarde o temprano réplica airada (Bolaños, J.: La vida de la Muerte, 1792, p.216)

cambiar –cultisme valenciá, del lletí cambiāre. En billabial era comú al valenciá, castellá y catalá. A finals del sigle XIX vullgueren els catalans alluntarse d´eixa homografía, «adoptant canviar, AMAlcover, amb aplaudiment de Fabra (DOrt.) es convertí en defensor decidit de la v» (DECLLC, II, p.493). Els colaboracionistes, unflant este acort catalá com a cult y progresiste, olvidaren el rigor etimológic tantes vegaes glorificat davant del tremolós poble: “cambiar” (Canals, fr. Antoni: Providencia, NCL., 102, c. 1395)

“dret pera… vendre, cambiar, baratar e…” (APH. Sta. María d´Elig, Sig.168, 17 abril 1418, f. 42v)

que tan be sabetz de cambiar” (Jordi de St. Jordi: Lo Cambiador, c.1423)

“vendre, alienar, empenyar, permutar, concambiar” (BNM, ms.11677, Procés de la Condomina d’Alacant, a. 1674)

La muerte no tiene antídoto en este delicioso Reino, amigo Ricart, ¿y el catalanazismo?

No emborrono más folios. Es muy tedioso este artículo, incluso para ti , Ricart Alós, que tienes alma y tiempo libre. Estoy melancólico y no veo más futuro que un Reino devorado por la Gran Cataluña o… como en el pasado, una indeseada solución armada. Cuando en los siglos XV y XVII tuvimos que rechazar la invasión comenzada por el Maestrazgo de Montesa, el ejército valenciano venció al catalán y, en 1650, persiguió hasta Barcelona a los ambiciosos. En 2020, los colaboracionistas no forman una ONG benéfica, sino que pretenden devorar hasta la Vereda del Reino; y, en un futuro cercano, cuando consigan crear la policía y el ejército de las Bases de Manresa… ¿cómo se desharán de nosotros? De momento nadie se opone a la destrucción de España y del indefenso Reino de Valencia. Colaboracionistas y catalanazis gozan de todo el poder y medios de comunicación.


1 De raíz posiblemente prerromana, en el s. XVIII muestra morfemas derivativos: “sarahuellets de churrets” (En obsequi dels Voluntaris Honrats, 1794, p. 5)

2La palabra ofrece dudas al ser casi ilegible en el manuscrito.

3 Los que se escandalizan al leer «bolsa» en Morlá, desconocen que es secular vocablo valenciano.

4 La grafía valenciana «rumor» es culta, del lletí rumor, -ōris: “no fer rumor” (Ferrer, St. Vicent: Sermons,1408)

5 –teléfono: cultisme valenciá, del compost grec-lletí tele, ‘llunt’, phoneo > fono, ‘sonit’. El sust. val. es homógraf del it. telefono y gallec teléfono; cat. telèfon; 1ª doc.: “teléfono” (Escrig: Dicc. 1887); “Vorás. Figurant el teléfono…” (Semanari Garrotá de sego, 12 d´agost de 1888, Alacant, p.1); “teléfono… ¿quí diu que crida? (“La nova traca, Valencia, 19 juliol 1894); “parlar per teléfono en u” (Vidal Corella, V.: ¡Quína lluna de mel!, 1934, p.6)

6“resibixca, pues, públic testimoni de nostre agraiment” (Ignasi y Concheta Ruiz: Anima valensiana, 1927, p.2)

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